Tras el subidón de la conmovedora velada continental ante el Partizan, zarandeado por un pletórico Markus Howard que capitaneó el segundo triunfo continental de la presente temporada, el Cazoo Baskonia regresa esta noche a una ACB donde, en contra de lo esperado, tiene ya ciertas urgencias.
El equipo vitoriano debe aparcar por unas horas la Euroliga para intentar regresar a la senda del triunfo dentro del torneo doméstico. La visita al Príncipe Felipe, hogar de un Zaragoza venido a menos en los últimos tiempos y que todavía no se ha estrenado en esta edición liguera, resulta en teoría propicia para satisfacer dicho objetivo.
El calendario está siendo sumamente exigente para los alaveses en estas jornadas iniciales de Liga Endesa pero ello no quita para que sea imprescindible mejorar desde ya mismo el balance clasificatorio. Pese al cansancio físico y mental derivado del enfrentamiento ante los balcánicos, tan solo vale ganar en la cancha maña porque, para más inri, el próximo visitante en el Buesa Arene en la ACB será el todopoderoso Real Madrid.
Aunque los altibajos están justificados con partidos cada 48 horas y los problemas físicos ya han hecho acto de presencia en el vestuario azulgrana con la lesión de tobillo de Enoch, no es cuestión de que vuelvan a reaparecer los fantasmas en busca de un pasaporte copero que ya se esfumó la pasada campaña.
Tras una mágica noche ante los serbios con los nervios a flor de piel y las pulsaciones elevadísimas, el Baskonia no quiere descuidos ante un rival a las puertas de una crisis en toda regla y cuyo técnico ya empieza a estar cuestionado. Martin Schiller no ha entrado con buen pie en el Casademont Zaragoza, superado hasta ahora por el Obradoiro (76-73), el Murcia (64-81) y el Gran Canaria (88-72).
Además, el cuadro maño afronta el duelo como el segundo equipo con peores guarismos ofensivos de la ACB. Menos de 70 puntos anota por partido, lo que puede convertirle en un hueso fácil de roer para este Baskonia de gatillo fácil y plagado de triplistas exuberantes como Markus Howard, un demonio para el laureado Zeljko Obradovic en la reciente jornada continental.
A priori, parece un choque claramente desequilibrado a favor de un Baskonia en el que Peñarroya deberá empezar a racionar los minutos de todos sus jugadores en vísperas de la primera semana con un triple compromiso. Tras la salida a Zaragoza, el Estrella Roja –no se sabe aún si con el argentino Luca Vildoza entre sus filas–, el pétreo Olympiacos y el Real Madrid aterrizarán por este orden en el Buesa Arena.
Raieste, que no jugó ningún segundo ante el Partizan, volverá posiblemente a la rotación y también es factible que nombres como Kurucs o Dani Díez dispongan de más minutos para estirar una rotación que no va sobrada de efectivos a la espera de algún fichaje.
Tras la salvación in extremis de la pasada campaña, el rival azulgrana ha experimentado un notable cambio de cara con hasta seis fichajes, la mayoría para el juego exterior. Destaca sobremanera el de Howard Sant-Roos, un alero con alma de base con experiencia al más alto nivel en la Euroliga tras haber militado en el CSKA y el Panathinaikos.
De hecho, el cubano está siendo de las contadas noticias positivas de un Zaragoza que, en caso de derrota, podría acometer un relevo en el banquillo con el adiós de Schiller. Las otras novedades en su plantilla han sido el base Marcel Ponitka –hermano de Mateusz–, los escoltas Lomazs y Jessup y los interiores Simanic y Nguirane. Del curso anterior se mantienen rostros conocidos como Ferrari, Yusta, Radoncic. y Hlinason En definitiva, un adversario asequible a poco que el Baskonia dé continuidad a su notable rendimiento en estos albores del ejercicio.