vitoria – El Baskonia no solo trabaja a corto plazo para terminar de construir la plantilla más ilusionante posible de cara a la temporada venidera sino que también se encuentra obligado a mirar por su futuro siendo vital para ello asegurarse la continuidad de aquellos jóvenes que vienen pegando fuerte desde atrás. Entre ellos figura, sin discusión alguna, Tadas Sedekerskis, convertido la pasada campaña en la gran revelación a las órdenes de Dusko Ivanovic y con una situación contractual que invita a iniciar próximamente las conversaciones a la hora de que eche raíces en Vitoria.
Fuentes cercanas al polivalente lituano confirman a este periódico que todavía no se han entablado las conversaciones para abordar una posible ampliación del contrato que expira en 2022. Ello no quita para que, ya iniciada la próxima campaña, ambas partes comiencen a trabajar en cualquier momento en pos de un acuerdo satisfactorio que prolongue un matrimonio cuyo origen se remonta al verano de 2013.
De hecho, la sintonía entre ambas partes es positiva. El Baskonia aún atisba un importante margen de crecimiento en su canterano y, en cuanto a Tadas, es feliz en un club vitoriano donde por fin se ha asentado ya como un jugador para competir al máximo nivel tanto en la ACB como la Euroliga. Así ha quedado claro en la última campaña tras un cúmulo de cesiones a diferentes clubes de España y su Lituania natal donde la sombra de la duda respecto a su valía fue in crescendo de forma progresiva.
La única certeza ahora mismo es que Sedekerskis acaba su vinculación dentro de un año, por lo que el Baskonia no debería dilatar en exceso la búsqueda de una entente para que el báltico siga vistiendo los colores azulgranas. De hecho, ya se ha iniciado una cuenta atrás en la que, si el jugador ratifica su crecimiento y se asienta como un bastión bajo la batuta del técnico montenegrino, Josean Querejeta puede ver cómo la otra parte de esta negociación se queda con el mango de la sartén en su mano.
Por razones obvias, el polivalente lituano es una pieza susceptible de continuar bajo el techo del Buesa Arena en los próximos años. Por juventud –aún tiene 23 años–, ambición para mejorar y también su valiosa etiqueta de cupo, Sedekerskis está nominado para ser uno de los jugadores que sustente la solidez azulgrana en el futuro. Todo ello siempre que dé continuidad a las virtudes atisbadas en el curso 2020-21.
Tanto las altas esferas como el propio Ivanovic, eso sí, son ambiciosos en cuanto a las expectativas con su futura aportación al Baskonia. Por ello, confían en extraer algo más de jugo a un joven con un físico espectacular, capaz de ocupar varias posiciones sobre la pista, defender a jugadores incluso más grandes y también ofrecer un notable despliegue físico con un gran olfato para la captura de rebotes.
Por todos es sabido que la asignatura pendiente de Sedekerskis como jugador es esa timidez en ataque que se traduce en modestos guarismos anotadores. Ese mayor descaro en cuanto a la toma de decisiones se perfila como un punto clave para que explote definitivamente. Es por ello que el Baskonia, siendo consciente de su valía, haya decidido tomar su caso con algo más de tranquilidad. Eso sí, sus problemas crónicos a la hora de completar todos los veranos los cupos de formación le obligan a no dormirse en los laureles. En los próximos meses quizás tenga que aflojar algo más la cartera.
Dilatar en exceso el comienzo de la negociación puede ser contraproducente si el jugador mantiene la progresión del pasado curso