Síndrome de la persona rígida: tratamientos para la enfermedad incurable que padece Celine Dion

El síndrome de la persona rígida es un trastorno neurológico y autoinmune poco frecuente produce una rigidez muscular en el tronco y en las extremidades. Otros síntomas característicos son los espasmos musculares dolorosos, que se acompañan de dificultades para mantener el equilibrio y caminar, como en el caso de Céline Dion.

El ruido y el estrés emocional pueden desencadenarlos y empeorarlos, y al quedar comprometida la autonomía de la persona, también puede desencadenar ansiedad y depresión.

Enfermedades raras

Esta enfermedad rara es causada por la producción de anticuerpos anormales por el cuerpo, que atacan el sistema nervioso, y es más común en personas con diabetes o enfermedad celíaca, y mayores de 30 años. Mujeres con tiroiditis de Hashimoto también pueden tener más riesgo de padecerla.

Para diagnosticarlo, además del examen físico de la persona y su historia clínica, hay otras pruebas claves. Una de éstas es el análisis de sangre que permita detectar la presencia de anticuerpos anti-GAD, unas proteínas producidas por el sistema inmunológico, que atacan una enzima que controla actividad muscular. También se buscará la presencia de anticuerpos anti-anfifisina, que dificultan la comunicación entre neuronas. Además, se someterá a la persona a una electromiografía que mide la actividad eléctrica de los músculos y a pruebas de imagen, como una resonancia magnética para descartar otras causas.

Tratamientos habituales

El síndrome de la persona rígida no tiene cura, sin embargo, los síntomas pueden ser controlados a través del tratamiento adecuado, especialmente cuando el síndrome se identifica tempranamente.

Aunque el abordaje debe ser personalizados según necesidades, los especialistas subrayan los siguientes tratamientos que suelen ser útiles en la mayoría de las situaciones:

• Relajantes musculares. Las benzodiapezinas actúan ayudado a reducir la rigidez y los espasmos.
• Modulación del sistema inmunitario. Las inmunoglobulinas y los inmunosupresores interfieren y bloquean la respuesta inmunitaria mejorando síntomas y desacelerando la progresión de la enfermedad.
• Fisioterapia. Una pauta de ejercicios y de estiramientos adaptados aumenta la movilidad de la persona.
• Reducción de anticuerpos dañinos. Se logra filtrando la sangre para eliminarlos y con ello se disminuyen los daños sobre el sistema nervioso y los síntomas.