No ha sido fácil, pues su sombra era muy larga, pero, ahora que han pasado varios meses desde que abandonó Mendizorroza, ya puede afirmarse que la afición del Deportivo Alavés ha aprendido a vivir sin Fernando Pacheco. Algo que, eso sí, ha sido posible gracias a Antonio Sivera, quien, con minutos, talento, perseverancia y confianza, ha ido creciendo con el paso de los meses hasta convertirse en un auténtico seguro bajo los palos.
Y eso que, cabe recordar, el guardameta de Jávea no tuvo un verano nada sencillo. Durante la pretemporada, aún con el guardián pacense en plantilla –y con la incertidumbre de si llegaría alguien más para pugnar por su puesto–, Sivera cometió varios errores que no dejaron buenas sensaciones entre muchos seguidores babazorros, cuya reacción no fue otra que recordar varias actuaciones del pasado en las que no había estado a la altura.
Además, a esa preocupación de si el alicantino estaría preparado o no para asumir la responsabilidad de defender la portería del Alavés se sumó, por otro lado, el buen hacer de Jesús Owono. El canterano albiazul ya había debutado con el primer equipo, su rendimiento en la Copa África, en la que participó con Guinea Ecuatorial, fue sublime meses antes y, a todo lo anterior, se sumaron varias intervenciones dignas de mención en los amistosos.
Aun así, Luis García apostó desde el principio por Sivera y el tiempo, sin duda, le ha dado la razón. La inseguridad que el guardameta albiazul mostró en algunos partidos de la primera vuelta lleva bastante tiempo sin aparecer y, con eso solucionado, nada está siendo capaz de eclipsar sus brillantes aptitudes. Esas que, sin ir más lejos, le permitieron destacar en la cantera del Valencia y acabar fichando por el club del Paseo de Cervantes.
Gracias a sus reflejos de gato, que han servido para evitar varios disgustos, el de Jávea apenas ha encajado 26 goles en 31 jornadas, lo que equivale a un coeficiente de 0,84 tantos recibidos por partido. Asimismo, ha mantenido su portería a cero en doce ocasiones, un registro que solo mejoran José Antonio Caro (17) del Burgos; Álvaro Valles (16) de Las Palmas; Raúl Fernández (15) del Granada; y Dani Cárdenas y Andrés Fernández (14) del Levante y el Huesca.
Ahora bien, en esto último también ha tenido mucho que ver el gran trabajo realizado por la retaguardia del Alavés, pues, si se echa un vistazo a la tabla de paradas de Segunda, uno puede comprobar que Sivera no se encuentra entre los primeros. En concreto, ocupa la décima posición con 66 intervenciones, bastantes menos que Whalley (102) del Lugo, Fuzato (93) del Ibiza y Parera (86) del Racing, obligados a aparecer más por razones obvias.
Por otro lado, cabe destacar que la aportación del portero alicantino al equipo no solo se limita a actuar bajo los palos. El nuevo guardián del Paseo de Cervantes también es importante en la salida de balón del Glorioso y, en ese aspecto, la realidad es que se muestra mucho más confiado que cualquiera de sus predecesores. Esa virtud, probablemente, fue la que le llevó a defender la camiseta roja en las categorías inferiores de la selección española.
LÍDER EN LA MALA RACHA
Si bien es cierto que todo lo anterior debería ser suficiente para afirmar que Sivera, después de varios años en la sombra, pasa por su mejor momento como babazorro, sería una injusticia dejar de lado la faceta de líder que ha mostrado en las últimas jornadas. Cuando el Alavés ha enseñado su cara menos buena, con dos puntos en tres partidos, el de Jávea se ha mantenido a tono y, gracias a él, se han evitado resultados aún más negativos.
Una reacción muy a tener en cuenta, sobre todo a estas alturas de la temporada, y que deben dar varios de sus compañeros lo antes posible, pues en los momentos malos nunca sobran cabecillas capaces de echarse el vestuario a la espalda. Hay que contagiar positivismo y motivación y eso solo se consigue con buenas actuaciones, aunque, por otro lado, que el portero sea el mejor de un candidato como el Glorioso no suele ser demasiado alentador.