Las invitaciones para las grandes vueltas comprometen a los organizadores, pero el problema está más arriba
El Tour de Francia ya ha dado el primer paso. El paso. Al fin y al cabo, la magnitud de la ronda gala condiciona todo lo que viene después. Y tal cuento puede aplicarse a lo que hoy aquí nos ocupa, las invitaciones para las grandes vueltas. Resumiendo. El cupo oficial habla de 22 equipos. Ya están dentro 18, todas las escuadras de la máxima categoría. También tienen derecho a correr Giro, Tour y Vuelta los dos primeros clasificados de la segunda división (Alpecin y Arkéa), aunque estos cuentan igualmente con la opción de renunciar a cualquiera. Y quedan luego dos invitaciones que cada organizador reparte según sus propios criterios. En 2021, la temporada pospandemia, la UCI autorizó de forma excepcional que se concediera un tercer billete para alcanzar así los 23 conjuntos en carrera, agua bendita para los equipos que caminaban en el alambre. Ahora, de cara al presente 2022, se ha solicitado conservar esta tercera invitación. Pero, y aquí volvemos al principio, en la Grande Boucle se han adelantado a cualquier resolución anunciando ya sus wild cards para julio. ¿Cuántas? Solo dos, para Direct Énergies y B&B Hotels. Huele a patata caliente para la Vuelta a España.
tour y giro: todo encaja
¿Y por qué solo para la Vuelta? Porque a Giro y a Tour todo les encaja. En Francia hay solo dos equipos de segunda sin derecho a participar, los citados Direct Énergies y B&B Hotels, así que les invitan a ellos. Y en Italia cuentan con la ventaja de que, según parece, el Arkéa va a declinar su participación en la corsa rosa, con lo que cuadran también las cuentas: tres invitaciones para los tres conjuntos transalpinos de segunda, Bardiani, Drone Hopper y Eolo. Pasa en España, mientras, que el propio Arkéa no va a renunciar a la Vuelta, porque Nairo Quintana la ha incluido en su calendario. Y ocurre igualmente que la federación estatal tiene adscritas a cuatro escuadras de segunda: Euskaltel, Caja Rural, Burgos BH y Kern Pharma. Es decir, hay cuatro candidatos para dos plazas, por mucho que los organizadores sigan luchando para poder conceder una más.
Las cosas claras
Sean dos o tres, decidirá el director de la Vuelta, Javier Guillén, quien ha llegado a reconocer sin tapujos que no tiene por qué utilizar criterios deportivos. "El único condicionante es que la selección la hagamos entre los equipos ProTeam (segunda). Pero, fuera de tener que acudir a esa categoría, el criterio de concesión es absolutamente libre. Fíjate si es libre que el organizador no tiene ni por qué explicar los motivos de su decisión, solo aplicar sus criterios. Unos apuestan por razones de promoción del ciclismo nacional o internacional; otros, por criterios comerciales; otros, por criterios estratégicos", declaró el año pasado. Se agradece la sinceridad. Pero así uno duda con desencanto sobre si, por ejemplo, le servirá de algo al Euskaltel el notable arranque de curso que está protagonizando sobre el asfalto, donde hay que hablar.
el problema
Gustarán más o menos las declaraciones de Guillén, aunque una cosa es cierta: él maneja un producto y puede gestionarlo como le venga en gana. El problema de fondo reside en el elitista sistema establecido por la UCI y que implica la obligación, para las escuadras de primera, de competir el calendario íntegro de la máxima categoría. El 19 de agosto, en la salida de la Vuelta en Utrecht, habrá escuadras sin aspiraciones concretas y que afrontarán la ronda española como un mero trámite. Desde el sofá de casa, mientras, verán la prueba ciclistas de equipos cuya supervivencia en el pelotón habrá quedado en cierto modo comprometida tras la exclusión. Los conjuntos de segunda y tercera resultan primordiales para la base y como escalón intermedio hacia la elite, aquí y en cualquier otra parte del mundo. Pero para subsistir necesitan patrocinadores, que no suelen tener espíritu de ONG. Estos necesitan un retorno económico adecuado, y conseguirlo resulta difícil cuando el acceso a los mejores escaparates queda reservado casi siempre para los mismos, para los que más pasta manejan. No todos los chavales son como Evenepoel o Pogacar, muchos demandan crecer a fuego lento. ¿Pero dónde? Si no pueden hacerlo en cocinas de lujo, necesitan otras más modestas e igual de dignas.
CHRIS FROOME
una discutible propuesta para las cronos