Guía Repsol sabe que "lo de siempre" resulta más atractivo que nunca. Por eso, en esta 10ª edición han puesto el foco en los Soletes con Solera. Jóvenes cocineros abren nuevas casas de comidas tradicionales, se recuperan bares antiguos en el centro de las ciudades y los clientes muestran también un interés renovado por las raíces, reivindicando los sabores de toda la vida. Casas de comidas con arraigo, barras que podrían contar miles de historias o familias que han transmitido el oficio de abuelos a padres y de padres a hijos hasta convertirse en una institución. En este listado, además de lugares legendarios, hay nuevos establecimientos que escarban en el origen y buscan poner al día las recetas que son historia de este país, con cariño y respeto.
"Queremos celebrar a quienes se han mantenido fieles a los sabores en los que se reconocen varias generaciones. Estos Soletes con Solera comparten una filosofía común que se nutre del entorno y la herencia recibida, tan vigente en pueblos y ciudades pequeñas y que en los últimos tiempos ha contagiado de ese arraigo a las grandes urbes y a una parte de los que están estrenando sus negocios", ha explicado María Ritter, directora de Guía Repsol.
Esta décima edición de la distinción más joven de la Guía Repsol homenajea a sitios que han resistido durante décadas, fieles a un mismo concepto. Así, los Soletes se reparten entre cocinas donde las recetas se mantienen inalterables, aunque la experiencia las va enriqueciendo año tras año. También reciben un reconocimiento las barras, donde el producto, las costumbres, la decoración y hasta el acento de parroquianos habituales y el personal explican el lugar en el que te encuentras. Además, las cafeterías y pastelerías tienen esta vez una representación muy especial: el horno que mejor hace el dulce típico de tu zona también se merecía un premio.
Del mismo modo, tienen su espacio los jóvenes profesionales que han apostado por la tradición, como es el caso de Zuriñe García en El Txakoli de El Paladar (Portugalete, Bizkaia). Entre los más de 300 establecimientos que a partir de ahora lucirán el distintivo amarillo en su puerta, encontramos proyectos que acaban de arrancar, pero que se han tomado muy en serio rescatar la memoria gustativa.
Buena parte de los bares, casas de comidas y cafeterías que han obtenido la distinción trabajan por convicción de una manera sostenible, porque también en eso consiste la tradición. El producto de proximidad, el aprovechamiento y el ahorro de energía son, en muchos Soletes con Solera, una cuestión de sentido común. Los expertos de Guía Repsol han trazado un listado donde todos los territorios están más representados que nunca. Así se refuerza el compromiso histórico de los Soletes con los lugares que habitualmente no aparecen en las guías y que están disponibles en la app de Guía Repsol, ya sea durante una escapada o para salir por la localidad donde vivimos y probar sitios que no conocíamos.
Soletes con Solera en la CAV y Navarra
En Euskadi y Navarra, Guía Repsol ha reconocido 26 Soletes con Solera. La Comunidad Autónoma Vasca cuenta ya con un total de 335 Soletes y la Comunidad Foral con 84.
- Araba: El Portalón, Perretxico y Goya, en Gasteiz, y Kañiko, en Bernedo.
- Bizkaia: Crosta Ogitegia, en Zalla; El Bar de Rafa y Gure Etxea Taberna, en Getxo; Garena Taberna, en Dima; Lekuona, en Mungia; Lezika, en Kortezubi; Muelle Barria, en Zierbena; Nossi-bé, en Bilbao, y Txakoli de El Paladar y Txiki Bar, en Portugalete.
- Gipuzkoa: Aguirre, en Irún; Kiruri, en Azpeitia; Otaegui y Tamboril, en Donostia; Patri, en Usurbil; Raizabal, en Bergara, y Segore Etxeberri, en Albiztur.
- Navarra: Beola y Etxebertzeko Borda, en Baztan; y Sarasate, La Fogoneta y L´Atelier, en Pamplona.