La brecha de riqueza global sigue ampliándose de manera alarmante. El informe "El saqueo continúa: pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo", publicado por la ONG Oxfam, revela que el 1% más rico de la población mundial concentra más riqueza que el resto de la humanidad. Este fenómeno no es fortuito, sino que se sustenta en prácticas económicas extractivas, legados históricos del colonialismo y estructuras sociales profundamente desiguales, según denuncia la organización.
El documento, presentado en el contexto del Foro Económico Mundial de Davos 2025 que se celebra desde este lunes, expone cómo el colonialismo económico moderno "perpetúa un sistema de privilegios que beneficia a las grandes fortunas y castiga a los sectores más vulnerables".
Según Oxfam, las políticas de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han contribuido a mantener un esquema de dependencia económica para los países del sur global, especialmente a través de deudas externas "asfixiantes" y condiciones comerciales "injustas".
Solo en 2024, la riqueza conjunta de los milmillonarios se incrementó en dos billones de dólares y surgieron 204 nuevos milmillonarios, lo cual supone un promedio de casi cuatro nuevos milmillonarios a la semana.
Otro dato que destaca el informe es que la riqueza conjunta de los milmillonarios se incrementó tres veces más rápido que en 2023. En promedio, creció a un ritmo de dos millones de dólares al día por cada milmillonario y, en el caso de los diez milmillonarios más ricos, a un ritmo de 100 millones de dólares al día.
Racismo y sexismo
Además, el informe subraya el impacto del racismo y el sexismo en la perpetuación de estas desigualdades. Las mujeres y las comunidades racializadas son las más afectadas por este sistema, enfrentando barreras estructurales que limitan su acceso a la educación, la salud y el trabajo digno. En muchas regiones, estas poblaciones "cargan con el peso de siglos de explotación colonial que se refleja hoy en condiciones de vida precarias y falta de oportunidades", denuncia la ONG.
Oxfam también hace énfasis en la devastación ambiental generada por las prácticas extractivas promovidas desde la época colonial, que no solo han degradado los ecosistemas del sur global, sino que han empobrecido a las comunidades locales mientras enriquecían a las élites globales. La organización sostiene que esta crisis climática y ambiental no puede separarse de la desigualdad extrema, pues sus efectos son más severos para quienes tienen menos recursos para adaptarse.
En cuanto a soluciones, el informe propone una redistribución urgente de la riqueza. Entre las medidas destacan la implementación de impuestos progresivos a las grandes fortunas y la eliminación de paraísos fiscales que facilitan la evasión y elusión tributaria. Oxfam también insta a las naciones ricas a reconocer y reparar los daños históricos del colonialismo, a través de políticas de compensación económica y justicia social.
El documento concluye con un llamamiento a la acción colectiva para desmantelar un sistema económico global que, según Oxfam, favorece a una minoría en detrimento de la mayoría. Reformar las instituciones financieras internacionales, garantizar un acceso equitativo a la educación y eliminar las barreras de género y raza son, s su juicio, pasos indispensables para construir un mundo más justo.
En un escenario donde las diez personas más ricas del mundo han duplicado su fortuna desde la pandemia, mientras cientos de millones luchan por sobrevivir, Oxfam advierte que no actuar ahora podría significar la consolidación de un sistema global insostenible.