El Ayuntamiento de Donostia ha presentado esta mañana su Plan de Movilidad 2024-2029 y ha despejado algunas de las incógnitas en torno a uno de los aspectos de ese plan que más afecta a los ciudadanos: la Zona de Bajas Emisiones.
Será una zona que comprenderá el centro de la ciudad, una zona que se extiende desde el Boulevard hasta el parque de Araba, incluyendo las vías de la zona centro, Parte Vieja, área romántica de San Sebastián, Amara Viejo y San Roque. El Ayuntamiento instalará cámaras de control de matrículas en las principales calles de acceso a la zona, que leerán de forma automática las placas de los vehículos que circulen por ellas y comprobará si están o no autorizados. Para ello, accederán en tiempo real a la base de datos de la DGT, en la que consta, por ejemplo, la antigüedad del vehículo, y a la lista de autorizados por razones de residencia, actividad profesional, etc...
Gradual y participativa
La entrada en vigor de la ZBE será gradual. La semana que viene se aprobará de forma inicial en la Junta de Gobierno Local que el Ayuntamiento de Donostia celebra todos los martes. A partir de ese momento, se abrirá un proceso de participación para que donostiarras y agentes de la ciudad propongan sus aportaciones y emitan sus opiniones sobre la propuesta que realiza el ayuntamiento. El objetivo es que la ordenanza que regulará esa Zona de Bajas Emisiones esté aprobada para finales de octubre y pueda ser aplicada antes del 31 de diciembre de 2024, cuando termina el plazo que el Ayuntamiento tiene otorgado para implantar esta ZBE (Donostia está obligada por ley a ello al igual que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes).
A partir de su aprobación, la implantación de la ZBE, además, tendrá dos fases. La primera de ellas se prolongará hasta 2028. En esta primera fase, todos los vehículos con cualquier etiqueta ambiental podrán circular por la Zona de Bajas Emisiones. Además, para los que no tengan ningún tipo de etiqueta se establecen una serie de excepciones: podrán utilizar esta zona los residentes, las personas con movilidad reducida, los vehículos de reparto o los que tengan alguna actividad comercial, entre otros. De esta forma, se calcula que solo se verán excluidos el 10% de los vehículos que actualmente transitan por el centro de Donostia.
En la segunda fase que discurrirá desde 2028 a 2030, las condiciones para circular por esa Zona de Bajas Emisiones se endurecerán. En principio, se prevé que ya no puedan circular aquellos vehículos con etiqueta 'B', salvo autorizados.
Esto, sin embargo, podría cambiar ya que se trata de una propuesta inicial planteada por el Ayuntamiento que se abre a aportaciones y que, para su segunda fase, tendrá en cuenta la evolución de la calidad medioambiental.
Objetivo: mejorar la calidad del aire
El alcalde de Donostia, Eneko Goia, junto a las concejalas Olatz Yarza y Marisol Garmendia, han sido los encargados de explicar los detalles de esta Zona de Bajas Emisiones. Goia ha destacado que aunque la puesta en marcha de este proceso es obligatoria para Donostia por tener más de 50.000 habitantes, es también "una oportunidad para seguir transitando un camino, que esta ciudad ya viene transitando, que busca una mayor calidad de vida de sus ciudadanos. Este es el objetivo de poner en marcha todo esto y no otro; tanto en lo que se refiere a calidad del aire y, por tanto, salud como al disfrute de espacios urbanos".
Un mensaje en el que ahondaba la concejal de Ecología, Marisol Garmendia, quien ha afirmado que con este proyecto de ZBE se busca "proteger y mejorar la salud de la ciudadanía donostiarra, la salud medioambiental de la ciudad y continuar haciendo que San Sebastián avance como ciudad saludable, como ciudad sostenible y como ciudad con una gran calidad de vida".
De hecho, se continuarán realizando mediciones de la calidad del aire para determinar si mejora con la implementación de la ZBE. Actualmente, la lectura de la peor calidad del aire en la ciudad se sitúa en la Plaza Easo.
Plan de Movilidad
El planteamiento de la Zona de Bajas Emisiones forma parte de un documento más extenso: el Plan de Movilidad Urbana Sostenible 2024-2029. Tal y como ha explicado la concejal de Movilidad y Transporte Sostenible, Olatz Yarza, "no es una declaraciones de intenciones sino un plan estratégico que marca 5 líneas de actuación".
Esas cinco líneas son priorizar los recorridos a pie o bicicleta frente a los desplazamientos motorizados privados, repensar e incentivar el transporte público, generar nuevos entornos urbanos, gestionar la demanda de tráfico para transformar la movilidad -punto en el que se incluye el proyecto de ZBE- y optimizar el espacio dedicado al aparcamiento.
Según ha destacado Yarza, "es un plan que recoge la movilidad de la futura Donostia con la que soñamos, que imaginamos y que queremos trabajar".