“La precariedad sigue siendo la norma general en la contratación”. Con estas palabras, la secretaria general adjunta de ELA, Amaia Muñoa, denunció ayer lunes que la reforma laboral, lejos de mejorar la situación, está suponiendo un mero blanqueamiento estadístico, porque la realidad es que el 73,3% de los contratos siguen siendo temporales. “Esto demuestra que sigue habiendo un fraude importante en la contratación, dado que para cubrir puestos de trabajo totalmente consolidados o no temporales se utilizan este tipo de contratos”, subrayó. Muñoa presentó en rueda de prensa las conclusiones del informe Contratación con la nueva reforma laboral, elaborado por el Gabinete de Estudio de ELA.
Del análisis del sindicato vasco se desprende que solo uno de cada diez contratos firmados el año pasado en Hego Euskal Herria fue indefinido a jornada completa. “Los datos muestras que la contratación indefinida ascendió en el año 2022, sin embargo, la mayoría de los contratos siguieron siendo temporales. Tres de cada cuatro de los contratos firmados fueron temporales. Esto supone que el resto, 23,7%, son de carácter indefinido, y de los indefinidos solo la mitad lo fueron a jornada completa. De modo que en 2022 podemos decir que únicamente uno de cada diez contratos fue indefinido a jornada completa”, explicó Xabier Zabala, miembro del Gabinete de Estudios de ELA.
Otro dato a resaltar es el que refleja la “discriminación que las mujeres siguen sufriendo tanto en el ámbito laboral como en el familiar”. Y es que, de los contratos firmados el año pasado, únicamente el 61,3% fueron a jornada completa, el 33,5% a jornada parcial y el 5,2% fueron fijos discontinuos. Entre las mujeres, el porcentaje de los contratos a jornada completa descendió hasta el 51,5%, mientras que los de jornada parcial ascendieron al 43,9% y los fijos discontinuos supusieron el 4,6%. “La parcialidad es otra pata de la precariedad. Tiene un doble efecto. Por un lado, condena a la pobreza a quien la sufre e impide que muchas personas, sobre todo las mujeres, perciban un salario por encima del umbral de la precariedad, los 18.200 euros anuales. Hay muchas empresas que utilizan la contratación a tiempo parcial como forma de reducir salarios cuando así lo estima, reduciendo las horas asignadas a una persona con la correspondiente reducción salarial”, denuncia el sindicato.
Menos de un mes
El tercer dato a destacar por ELA es que “el 75% de los contratos temporales tuvo una duración inferior a un mes”. “Respecto al principal dato que suelen exponer quienes defienden la reforma, que es el aumento de la contratación indefinida, la contratación temporal sigue siendo la norma. El aumento de la contratación indefinida se ha producido fundamentalmente en sus modalidades más precarias, es decir, los fijos discontinuos y los contratos indefinidos a tiempo parcial”, subrayó Zabala.
“La reforma laboral contribuye a difuminar la precariedad en estadísticas y, con ello, permite a los responsables políticos que puedan hacer propaganda, pero la precariedad sigue donde estaba, con cientos de miles de trabajadores en Euskal Herria que no saben si seguirán contratados el mes que viene o con un salario con el que no llegan a fin de mes”, censuró Muñoa. “El supuesto gobierno progresista renunció a su compromiso de derogar la reforma laboral y aceptó el veto de la patronal y las condiciones exigidas por Bruselas a cambio de recibir los fondos europeos. Con estas bases, la cosa no puede dar más de sí”, lamentó al secretaria general adjunta de ELA.
Es por ello que la central sindical mantiene su reivindicación de la derogación de la reforma laboral y de la estatalización “que nos impide firmar en Euskal Herria convenios que mejoren las condiciones de miseria de los convenios estatales”.
Los datos
73,3%
Contratos temporales. El 73,3% de los contratos siguen siendo temporales. Esto supone que el resto, 23,7%, son de carácter indefinido, y de los indefinidos solo la mitad lo fueron a jornada completa.
44%
Mujeres, a tiempo parcial. De los contratos firmados, solo el 61,3% fueron a jornada completa, el 33,5% a jornada parcial y el 5,2%, fijos discontinuos. Entre las mujeres, el porcentaje de los contratos a jornada completa descendió hasta el 51,5%, los de jornada parcial ascendieron al 43,9% y los fijos discontinuos supusieron el 4,6%.
75%
Un mes. El 75% de los contratos temporales tuvo una duración inferior a un mes”.