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Vida y estilo

¿Son los jóvenes adictos a lo que ven en el móvil?

Alteraciones del sueño, ansiedad y menos tiempo para estudiar y estar con la familia o amigos son algunas de las consecuencias negativas de esta dependencia
Imágenes similares a esta son cada vez más habituales entre los niños.
Imágenes similares a esta son cada vez más habituales entre los niños. / Freepik

Un banco en un parque cualquiera en el que están sentados varios adolescentes. No se les ve la cara porque tienen la cabeza hacia abajo. No se les oye porque no hablan, no interactúan. ¿Qué hacen? Cada uno mira la pantalla de su teléfono móvil. A veces, comparten el dispositivo para mirar el mismo contenido.

Y así se pueden pasar horas hasta que a veces se convierte en una adicción. No está aún recogida en la clasificación oficial de trastornos mentales, por lo que es difícil recopilar datos, pero cada vez hay más casos de menores internados por ello en centros de desintoxicación, niños que acuden a psicólogos porque se levantan por la noche para mirar el móvil, etc.

Pero, ¿qué ven y por qué?

Ver contenidos de gaming, de vídeo en plataformas como YouTube, enviar mensajes a través de WhatsApp, la aplicación más utilizada para ello, e interactuar en redes sociales (principalmente TikTok) son las principales acciones que realizan con los smartphones. Y la mitad de los usuarios lo hace para dejar de estar tristes, solos o enfadados. Es la conclusión del I Estudio sobre la percepción de la salud mental de los adolescentes y el mal uso de la tecnología elaborado por la compañía de seguros DKV y Educar es Todo, la mayor comunidad de padres, madres y expertos en crianza respetuosa. Para ello, se tuvo en cuenta las respuestas de 1.475 menores de entre 10 y 17 años, 1.630 padres y madres, y 105 docentes.

¿Cómo afecta su uso?

Si dedican más horas a mirar la pantalla, tendrán que dejar de hacer otras actividades. Y una de ellas es dormir. Solo cerca del 30% de la población de entre 11 y 18 años duerme las horas óptimas (entre 8 y 10). Según los datos preliminares del estudio HBSC (Health Behaviour in School-aged Children) asociado a España, un proyecto auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que analiza la salud de los escolares y su contexto familiar. También ha descendido el número de horas dedicadas a practicar deporte y estar con amigos. De hecho, 7 de cada 10 encuestados aseguran estar con el móvil la mayor parte del tiempo que se encuentran con amigos.

En datos

  • 11 años es la edad media a la que reciben los adolescentes en nuestro país el primer móvil.
  • 94% de los adolescentes de entre 14 y 15 años ya dispone de un dispositivo.
  • 64% de los menores de entre 8 y 16 años utiliza el móvil durante más de 2 horas al día, según el informe Pasos 2022.

Este uso excesivo de la tecnología también afecta en el entorno familiar, pues el 35% de los adolescentes confirma que comen o cenan viendo la televisión, tablet o móvil; y 1 de cada 2 afirma tener este último dispositivo en su habitación.

Si los niños dedican más horas a mirar la pantalla es porque dejan de hacer otras cosas como dormir.

Si los niños dedican más horas a mirar la pantalla es porque dejan de hacer otras cosas como dormir. Istock

Además, el cerebro del adolescente está en desarrollo, por lo que todos estos desajustes influyen negativamente en la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional. En cuanto a este último ámbito, la depresión, la ansiedad y el estrés son comunes en quienes tienen una adicción a las pantallas. Todo ello provocado por la presión de conseguir más likes en las publicaciones, ser aceptado en alguna red social o la necesidad de recibir una respuesta a una petición de amistad, por ejemplo.

Soluciones

El uso de internet y el móvil no es siempre perjudicial, por lo que una de las soluciones para que no llegue a convertirse en una obsesión es retrasar la edad del menor a quien se entrega un dispositivo y controlar qué se ve y durante cuánto tiempo. Por ejemplo, el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona recomienda que los menores de 16 años no dispongan de móvil. Se muestra a favor de prohibir su uso en centros escolares de Infantil y Primaria, y apuestan por que padres e hijos firmen un “contrato tecnológico” para establecer los límites.

Por otro lado, ya se habla de la desintoxicación tecnológica. Cada vez hay más casos de menores que acuden a centros especializados donde antes solo asistían personas con adicción al juego, alcohol o drogas, por ejemplo. Incluso los propios usuarios optan por la détox digital mediante los denominados dumpbphones o teléfonos sin conexión.

2024-12-04T08:12:05+01:00
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