La décima edición del Ai-tzina Folk está en uno de sus fines de semana con más actividad, sobre todo en lo que a conciertos se refiere. De hecho, tras el exitoso paso ayer de Kuttune, el certamen solidario afronta dos nuevas jornadas sin descanso, pensando además en los espectadores de todas las edades. Todo ello, por cierto, sin moverse del escenario del Félix Petite (centro cívico Ibaiondo), donde todavía quedan algunas entradas disponibles para poder asistir a las actuaciones previstas y, de paso, seguir sumando financiación para apoyar la investigación de la ataxia telangiectasia.
En lo que respecta a este sábado, el festival volverá a encontrarse con Ana Alcaide, que ya formó parte de su cartel en 2014. En esta ocasión, el encuentro con los espectadores se va a producir a partir de las 19.00 horas. Su nuevo paso por Vitoria va a servir a la artista para presentar su sexto álbum, Ritual, acompañada, entre otros, por el músico iraní Reza Shayesteh. Va a ser, como explican desde el certamen, en un directo “donde la música, la poesía, la danza y las vídeoproyecciones se aúnan para crear un espectáculo sensorial único”.
Esta intérprete, compositora y productora musical toledana desarrolla una labor de investigación en torno a antiguas tradiciones y culturas. Ana Alcaide fue pionera en España en la divulgación de la nyckelharpa, un instrumento sueco antiguo. Con él ha recorrido el mundo, reivindicando el poder transformador de la música y su valor pedagógico. Galardonada con varios premios como la Medalla al Mérito Cultural de las Artes Escénicas y la Música de Castilla la Mancha, sus discos han sido alabados por la prensa internacional especializada.
Sin tiempo para el descanso llegará un domingo con doble propuesta. La primera se producirá dentro de la sección TxikiFolk. En concreto, a partir de las 12.00 horas, La ChicaCharcos presentará Con Katiuskas y a lo loko. Este “divertido” espectáculo, que lleva girando tres años por la geografía peninsular, es un “canto de rebeldía, de humor, de aventura, de fiesta, de vida”. La compañía juega desde el clown a sumergirse en distintos campos como el teatro de objetos, la palabra, la música y el movimiento.
Para cerrar el fin de semana, el klezmer aparecerá como género musical por primera vez en el Aitzina. Originado en la tradición de los judíos asentados en Europa del Este, se desarrolló rápidamente en las comunidades judías antes de las dos guerras mundiales. Es una música en constante evolución. “De ritmo vertiginoso y trepidante, sus canciones requieren un excelente dominio técnico instrumental para poder interpretarla adecuadamente”, según recuerdan desde el festival.
A ello se va a dedicar, desde las 19.00 horas, Trivium Klezmer, grupo que está formado por tres destacados músicos aragoneses, con una particular instrumentación integrada por un acordeón y clarinetes de diferentes tesituras. Desde sus comienzos en 2009 hasta la actualidad, el grupo ha actuado en numerosos festivales y escenarios. Ahora acude a Gasteiz para presentar su tercer disco, Delirium Klezmer.