Por su ubicación (está enclavada en el fondo de un valle) y por la particular configuración de su entramado urbano, sin apenas suelo libre disponible, la mejora de Soraluze pasa de manera casi exclusiva por la regeneración de los numerosos espacios degradados existentes en el término municipal.
Y en eso está el Consistorio de la pequeña localidad de Debabarrena, que acaba de dotar al pueblo de un nuevo espacio para el ocio y el esparcimiento de la ciudadanía.
Esa nueva zona de recreo, que está situada junto al cauce del río Deba y ocupa una superficie de 2.500 metros cuadrados, se ha erigido en la conocida como parcela de Linazibar, que durante años presentó un estado de deterioro considerable.
Consciente de la necesidad de recuperar ese espacio, el Ayuntamiento compró la parcela y el pasado año dio los primeros pasos para su regeneración, limpiando y adecentando un terreno en el que se habían acumulado numerosos residuos de la más diversa índole.
Tras esa fase inicial, el Consistorio de Soraluze ha procedido a lo largo de este ejercicio a la adecuación de la nueva zona de ocio, que ya puede ser utilizada por todas las personas que lo deseen.
Características
El nuevo espacio para el esparcimiento de la ciudadanía habilitado en la parcela de Linazibar cuenta con una rampa instalada para garantizar la accesibilidad y con diferente mobiliario urbano como “cinco bancos de madera, seis mesas de pícnic y un tobogán”, explica el alcalde, Iker Aldazabal, quien destaca que “a partir de ahora los vecinos de la zona también dispondrán de un espacio para candar y aparcar las bicicletas”.
Además, el proyecto ejecutado por el Consistorio de Soraluze ha incluido la plantación de una docena de árboles autóctonos (robles, fresnos y abedules); así como la instalación de una tirolina para niñas, niños y adolescentes de edades comprendidas entre los 6 y los 14 años.
El primer edil no oculta su satisfacción por el resultado del proyecto materializado en Linazibar, que ha supuesto una inversión aproximada de 17.800 euros (la mitad de ese importe ha sido subvencionado por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco).
Al fin y al cabo “hemos convertido en una zona para el esparcimiento y el descanso de toda la población una parcela que ha estado degradada durante años”, resume Aldazabal.