Había ganas, muchas ganas. Y eso se notó desde el minuto uno. Ya en la puerta las colas eran larguísimas para acceder al recinto.
Una hora antes de que empezase el concierto, los bares de alrededor se llenaron de gente que superaba en muchos casos los 50.
La cita era a las seis de la tarde en el BEC de Barakaldo. El pasado sábado más de 10.000 personas acudieron a disfrutar, bailar, cantar y recordar viejos tiempos en el concierto de 'Yo fui a EGB'.
Sabrina, Vicky Larraz, Alejo Stivel o Jaime Urrutia, entre otros, supieron enseguida conectar con un público muy entregado, ayudado entre actuación y actuación por el gran José Corbacho.
Un concierto de más de cinco horas que cualquiera no puede aguantar sin ir al baño.
Y fue precisamente en los baños donde la aplicación de una drástica medida llamó la atención de muchos asistentes.
En determinados momentos de la tarde-noche, la cola se hizo muy larga en el caso de las mujeres. Mientras que los hombres, justo al lado, entraban y salían sin ningún problema en segundos, incluso quedándose libre algunos de los baños que usaban.
Sin embargo, no fue posible acceder a esos baños porque en todo momento hubo un vigilante de seguridad para evitar que las mujeres pasarán al otro lado.
Algunas de las asistentes al concierto lo intentaron, insistiendo en que "tardarían poco tiempo y que era una tontería dejar que la cola fuera tan larga en el caso de los baños para mujeres".
Otras empezaron a corear "baños inclusivos ya", es decir, baños para todo género y sin importar la identidad, para reducir los tiempos de espera.
Pero fue inútil. La cola para entrar al baño de mujeres en todo momento tuvo una mayor afluencia que en el caso de los hombres, y sin posibilidad de saltarse la fila para acceder a baños que en ocasiones estaban vacíos.