La peliaguda situación del club ha despertado todas las alarmas en Tudela. Con la intención de “alarmar al tejido social del CD Tudelano de la muy posible desaparición del histórico club blanquinegro”, hace una semana ha nacido en la capital ribera la plataforma #SOSTudelano que busca “proponer nuevos debates con el objetivo de rescatar este club moribundo y devolver al lugar que se merece en el fútbol patrio”. Esta plataforma, nacida especialmente en Twitter sin nombres, ve al luz una semana después de que se supiera que el empresario corellano de 29 años, Ramón Lázaro Martínez, ha comprado el 97% de las acciones de la Sociedad Anónima Deportiva Tudelano y sea ahora el propietario y presidente.
El manifiesto, para el que se piden adhesiones, aunque a tenor de lo visto en las redes no hay demasiadas, señala que “no podemos mantener una posición pasiva ante los graves acontecimientos sufridos en el club desde que se convirtió en una SAD, cayendo en manos de una gestión al servicio de los intereses particulares de la directiva que concluyeron en el paradero desconocido de los antiguos propietarios, el impago de la plantilla, la fuga de jugadores sin explicación por parte de los medios del club y el descenso sistemático”. S.O.S. Tudelano, se opone al modelo de gestión adoptada por los “prófugos Pereyra y Ghirardi” y propone a la nueva directiva y a la afición tres vías de acción sobre las que construir una alternativa: “solvencia, financiación local y afición”, tres ejes sobre los que se ha de recuperar el club. Con respecto al primero, la solvencia, señalan que el objetivo “más urgente es el de hacer justicia con las cuentas del club, hacer que quienes no pagaron a los jugadores y al personal, paguen, con todas las consecuencias de la ley, volver a ser el club que una vez fue, con una contabilidad intachable, aunque humilde”. Para la financiación local apuntan que “los patrocinadores han de ser de la región y ser verdaderas empresas, no negocios paralelos de los propietarios de dudosa actividad. Quizás se crezca lento, pero con paso firme”. Por último la afición. “Desde 1935 es el principal club de fútbol de la Ribera, y uno de los más importantes de Navarra. En los últimos años, las gradas vacías son testigos de la crisis de identidad y del alejamiento que el club está teniendo con la comunidad local. Queremos un club que ilusione, que llene los balcones de banderines blancos y negros y solo se consigue con una directiva que bombardee con campañas, que dialogue y colabore con los poderes”.