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Subir el precio del dinero, una medida que requiere precisión

El BCE lleva meses preparando un alza de tipos que debe ejecutar de forma quirúrgica para no ahogar la recuperación
Sede del BCE en Frankfurt.

El Banco Central Europeo lleva desde el mes de abril preparando el camino para una subida de tipos de interés que se espera quede concretada en su esperada reunión del 21 de julio. El organismo responsable de la política monetaria en la Eurozona maneja un incremento de 25 puntos básicos en el precio del dinero, una medida que se espera que contribuya a aplacar la espiral de precios que está sacudiendo las economías occidentales. “Iremos tan lejos como sea necesario para devolver a la inflación al 2%”, dijo la semana pasada Christine Lagarde, la presidenta del BCE.

Ahora la cuestión es comprobar el alcance concreto de ese incremento, que debe ajustarse en torno a un ejercicio de equilibrismo: la subida debe servir para luchar contra el alza de los precios, puesto queaspira a frenar la concesión de créditos que hagan que los hogares se endeuden, que pero al mismo tiempo se espera que no ahogue la actividad económica. Si a las empresas les resulta más caro financiarse a través de préstamos bancarios, esto podría significar que pueden dejar de emprender proyectos o bien trasladar ese incremento al empleo -con despidos o cese de nuevas contrataciones- o bien al consumidor, subiendo el precio final de venta de sus bienes o servicios. Una ecuación sin soluciones mágicas.

Las consecuencias tienen también su impacto en la financiación de los Estados. Aquellos con una elevada deuda pública -casos principalmente de España e Italia, según los últimos informes- van a ver más dificultades para obtener recursos en los mercados y, por supuesto, la devolución de esos fondos será más onerosa de lo que lleva siendo desde marzo de 2016, cuando el BCE fijo el tipo de interés en el 0%. El organismo con sede en Frankfurt aplicará, la subida de 25 puntos con el objetivo de estabilizar el euro y comprobar si es una medida útil para frenar la inflación, cuyo nivel en la Eurozona alcanzó el 8,1% el pasado mes de mayo. No obstante, ya ha advertido de que, de no ser suficiente, adoptará la misma línea que su homóloga estadounidense y volverá a dictar un nuevo ascenso en septiembre.

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10/07/2022