Vida y estilo

¿Sufres la 'enfermedad del ocio'? Consejos para evitarla

El estrés y los días de trabajo dejan paso a un tiempo de descanso y relajación, pero este no siempre comienza de la mejor manera posible
Una mujer estornuda con la mochila al hombro.

Llega el fin de semana, un puente o las ansiadas vacaciones de verano con un montón de planes por delante y de repente uno se pone enfermo. Tras una época de intensa actividad y cuando se está ya a las puertas del merecido descanso, no es raro comenzar a experimentar unos síntomas similares a los de la gripe.

Dolor de cabeza, resfriado, cansancio, náuseas y dolores musculares llegan en el momento más inoportuno para arruinar los ansiados días de disfrute. Pues bien, puede que no sea casualidad ni un enfriamiento de última hora, sino que se trate de la enfermedad del ocio. Es un fenómeno relativamente común y, aunque no es una condición médica formalmente reconocida, ha sido objeto de estudio y de discusiones en el ámbito de la psicología y de la medicina psicosomática.

Causas de la 'enfermedad del ocio'

La enfermedad del ocio puede responder a diferentes motivos y algunos de ellos son:

Estrés y cambios de rutina

Una de las principales causas de la enfermedad del ocio hay que buscarla en el estrés y en los cambios de rutina. El organismo de quienes viven sometidos a periodos de estrés prolongados produce mucho cortisol para mantener su sistema inmunológico. Cuando el estrés desciende de repente al comenzar las vacaciones y la persona se relaja, los niveles de esta hormona también pueden disminuir, dejando al cuerpo temporalmente más vulnerable a las infecciones.

Sistema nervioso autónomo

El sistema nervioso autónomo que regula funciones corporales involuntarias como la frecuencia cardíaca o la digestión también puede reaccionar con determinados síntomas físicos al cambio del ritmo de vida que impera en vacaciones. Además, en los periodos de descanso en los que el cuerpo se relaja, uno puede volver a ser consciente de síntomas de agotamiento y estrés que había ignorado mientras se encontraba inmerso en la frenética actividad diaria.

Un hombre con síntomas de fiebre se mide la temperatura corporal con un termómetro.

Expectativa de disfrute

La expectativa de disfrutar a tope del tiempo libre puede generar ansiedad cuando por fin llega el momento de descanso y manifestarse en forma de distintos síntomas físicos. Además, durante las vacaciones cambiamos los patrones del sueño (se trasnocha más y se madruga menos), de alimentación (comemos alimentos diferentes y en horarios distintos) y de actividad física (pasamos más tiempo tumbados o sentados al aire libre), lo que también puede influir en nuestro sistema inmunológico y, en definitiva, en nuestra salud.

Mayor exposición a gérmenes

Salir de viaje también puede ser motivo de enfermar, en este caso más por motivos físicos que psicológicos. Frecuentar aeropuertos, aviones, hoteles u otros lugares públicos aumenta la exposición a nuevos gérmenes y bacterias por lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades.

Medidas para prevenirla

De cualquier forma, para evitar caer enfermos cuando llegan los días más esperados de la semana, del mes o del año, se pueden adoptar ciertas medidas preventivas. Algunas de ellas son:

1- Llevar una rutina equilibrada. Tanto a lo largo de una semana cualquiera como en los días previos a las vacaciones es importante intentar equilibrar trabajo y descanso en lugar de pasar de un estado de alta actividad a uno de inactividad absoluta de una forma abrupta.

2- Gestión del estrés. Practicar técnicas como la meditación o el yoga de forma regular y no solo en vacaciones ayudará a reducir y a controlar mejor el estrés y a llegar a esos periodos de descanso mucho más relajados.

3- Mantener hábitos saludables. Por el hecho de que sea un periodo de descanso, uno no puede tumbarse a la bartola todo el día. Es importante mantener una rutina de sueño regular, comer de manera equilibrada y realizar una actividad física moderada.

Una mujer con mascarilla espera la salida de su vuelo.

4- Cuidar el sistema inmunitario. Seguir una dieta saludable, hacer ejercicio de forma regular y descansar el tiempo suficiente contribuirán a que el sistema inmunitario esté fuerte y se reduzcan notablemente las posibilidades de enfermar.

5- Planificación flexible. Hay que evitar fijar unas expectativas demasiado altas o caer en una excesiva rigidez a la hora de planificar el tiempo de descanso porque si no al final será contraproducente y paradójicamente el ocio nos generará más ansiedad.

6- Atención profesional. Si los síntomas son graves o persistentes, puede ser útil consultar a un médico o a un psicólogo para obtener orientación y apoyo.

Ser conscientes de que existe esta enfermedad del ocio, saber en qué consiste y cómo podemos evitarla puede ayudar a disfrutar del tiempo de descanso más plenamente y desde el primer momento.

07/07/2024