Sufrimiento agónico para las Gloriosas

El Alavés superó la tercera eliminatoria de la Copa de la Reina después de imponerse al Oviedo Moderno en los penaltis. Y en ese final a cara o cruz, Jana Xin se consagró deteniendo los tres penaltis que ejecutó el Oviedo y siendo la artífice de la clasificación. La portera alavesista se reponía así del error que cometió en el gol que adelantó a las ovetenses en el tiempo reglamentario.

Salieron los dos equipos con precauciones y con poco ritmo. Ambos equipos querían llevar la iniciativa pero lo hacían sin peso en el juego. Las de Iñigo Juaristi buscaban ser solventes en defensa y a partir de ahí construir el juego, sobre todo por las bandas, donde Cristina Auñón se incorporaba con frecuencia.

Las de Álex Rodríguez no pasaban apuros en la primera media hora de juego pese a la buena voluntad de las vitorianas. Y de repente, en una acción a balón parado que no parecía revestir peligro, Isina intentó sorprender a Jana con un balón que la portera de las Gloriosas no pudo atrapar y en línea de gol, Alejandra Moro, que estaba delante suyo, empujó el rechace a la red.

Ya en la última jugada de la primera parte y en el tiempo añadido, empató el Alavés, también a balón parado, a la salida de un córner de estrategia con un pase a Miriam y remate a bote pronto que rebotó en una compañera y siguiendo la jugada le llegó de nuevo el balón a la catalana que ya en boca de gol registró el empate.

Tras el descanso, salió con más pujanza el Alavés, con el refresco de Ane Miren y Carla Armengol y la incansable Auñón protagonizó el primer remate que detuvo en dos tiempos Sara Badell. Siguió perseverando el Alavés ante un Oviedo al que le costaba salir de su área.

El Oviedo, muy cerrado y con la defensa adelantada, esperaba a un Alavés que construía con paciencia. La tuvo Elba a la salida de un córner pero fue el Oviedo el que pudo marcar en un remate de Isina que Jana neutralizó con una gran parada.

En un partido de ida y vuelta Chamorro remataba algo desviado pero el marcador ya no se movería. Empezó la prórroga con los dos equipos algo atropellados con fútbol directo. El Alavés se encontró con una oportunidad que Chamorro no supo resolver tras una jugada embarulllada. El tiempo añadido se convertía en un toma y daca donde el Oviedo mantenía todavía gasolina y las de Juaristi comenzaban a acusar el cansancio, atascadas en el juego y lentas en las transiciones. Sin embargo, pese a que ambos equipos gozaron de claras ocasiones, el marcador no se movería y se llegó a los penaltis en los que Jana fue clave para las albiazules.