Las escaleras mecánicas son sin duda un gran avance en materia de accesibilidad. Las usamos prácticamente a diario en centros comerciales o transportes como el Metro, pero pocas veces nos paramos a pensar en la utilidad real de los cepillos que encontramos en los laterales. Y no, en contra de la creencia popular, no son para "sacar brillo" a nuestros zapatos, o "quitarnos el barro" del calzado.
De hecho, su mal uso, puede conllevar situaciones muy peligrosas como la que advierten los Bomberos de Bilbao a través de sus redes sociales: 3 fotografías que muestran una bota de agua de un niño atrapada en las escaleras mecánicas de Metro Bilbao. Afortunadamente, en esta ocasión todo ha quedado en un susto, y el pequeño se encuentra en buen estado, "ha sacado el pie a tiempo", señalan los Bomberos de la capital vizcaína.
Ocurrió a primera hora de la tarde en Santutxu
Este incidente, ocurrió ayer en la estación de Santutxu de Metro Bilbao sobre las 15.30 horas. Entrevistada en ONDA VASCA, Susana Palomino, directora de Clientela de Metro Bilbao nos ha explicado que "con el calzado de goma si nos acercamos al borde de la escalera de una forma inadecuada, con la fricción del movimiento de la escalera, el calzado se ablanda y se engancha".
Palomino se felicita de que el niño no resultase herido y sacase el pie a tiempo, y recuerda a la clientela que "nunca se debe meter el calzado debajo del límite de seguridad que marcan los cepillos laterales. Además tal y como indicamos en la cartelería de Metro Bilbao "no son un cepillo para limpiar nuestro calzado ni un juguete. Y los menores de 6 años deben de ir sujetos de la mano en la escalera mecánica por el adulto que les acompañe".
¿Para qué sirven los cepillos de las escaleras mecánicas?
Estos cepillos que se instalan en los laterales de las escaleras mecánicas tienen varias funciones. Una de ellas, es evitar que puedan caer pequeños objetos en esa zona que podrían atascar la maquinaria.
Además son una especie de "recordatorio táctil" para mantener los pies alejados del borde de las escaleras. Es decir, se evita que puedan "comerse" de forma accidental cordones de zapatos sueltos, tiras sueltas de mochilas, extremos de bufandas y otro tipo de objetos. Estos cepillos te alertan cuando notas que algo te está rozando para que de forma casi inconsciente quites el pie.
De hecho, muchos expertos recuerdan en este sentido, que al contrario de la creencia popular, la parte más peligrosa de la escalera mecánica no es el conjunto de dientes puntiagudos al final, sino el constante movimiento hacia arriba del escalón en relación con la pared lateral, que provoca un movimiento de cizallamiento capaz de atrapar cualquier objeto que toque los dos, como es el caso de la bota de de agua de este niño.
Mejora de la seguridad de las escaleras mecánicas
En noviembre de 1987, un incendio en una escalera mecánica en la estación King Cross de Londres se cobró la vida de 31 personas e hirió a otras 100. El fuego comenzó debido a una cerilla mal apagada que se coló en la maquinaria de la escalera. Con el paso del tiempo, la grasa que lubrica los engranajes se había mezclado con numerosos pequeños desperdicios (fundamentalmente pelusas y papeles) proporcionando un combustible que ardió tan rápido y generó tanto calor que las escaleras explotaron.
A raíz de este siniestro, los fabricantes se tomaron mucho más en serio los peligros que conllevaban las escaleras mecánicas. Los modelos más antiguos, que todavía tenían escalone de madera, fueron sustituidos por otros de metal mucho más modernos y, además, se instalaron los cepillos, que cumplen estas funciones tan importantes en materia de seguridad.