Tamara Falcó asistió anoche, una vez más, a la tertulia de ‘El hormiguero’ Antena 3, donde la influencer dejó boquiabiertos a todos con una curiosa confesión sobre su marido. En un momento del programa, en el que el resto de colaboradores se encontraban comentando un vídeo, la marquesa de Griñón hizo un comentario que llamó la atención de sus compañeros y del público.
Durante la tertulia, las confesiones giraron alrededor de los cortes de pelo y de barba, especialmente por parte de las colaboradoras. Hasta que, en un preciso instante, Tamara Falcó reveló una intimidad sobre su relación, contando algo que Íñigo Onieva odia: “A Íñigo no le gustan los aros”. Mientras tocaba ese mismo accesorio que llevaba puesto, la hija de Isabel Preysler añadió: “Tiene como una especie de fobia. Cuando me los pongo me dice: '¡Qué horror!”. Entre risas, la socialité reconoció que debería quitárselos antes de llegar a casa para que este no los viera.
Asimismo, la colaboradora del programa de humor desveló que durante uno de sus viajes familiares a la ciudad de Marbella cuando ella y su hermana eran pequeñas, su madre conocía unos trucos para amenizar el viaje si estas resultaban muy pesadas. En ese mismo trayecto, ocurrió un incidente con la hermana de Tamara Falco: “Para que no molestásemos al resto en el avión, mi madre nos daba unas gotitas. Una vez, viajamos a Marbella (un destino muy concurrido por ellas) y cuando nos íbamos a bajar del tren, no había forma de despertar a Ana”, contó.
Entonces, la familia, asustada, comenzó a golpear a la pequeña para que se despertase, sin éxito. Fue cuando la madre de Tamara preguntó a su tío cuántas gotas le había dado a su hija. Este dijo haberle dado 18, tal y como le había indicado. Sin embargo, dicha cantidad exacta era errónea, ya que solamente debía darle 8 gotas a la niña. Por lo tanto, esta se encontraba profundamente dormida. Un suceso que ha puesto en el punto de mira a la familia Preysler.