Tamara Falcó regresó a los platós de televisión después de un verano para recordar. Y lo hizo por todo lo alto, luciendo orgullosa su anillo de recién casada. En su reaparición en el programa de ayer de ‘El hormiguero’ de Antena 3, la socialité hizo balance de los últimos meses de su vida. Visiblemente feliz y emocionada, se reencontró con sus compañeros después de mucho tiempo, contando, en tono bromista, su relación y boda con Íñigo Onieva.
Como no podía ser de otra manera, la influencer comenzó su intervención anoche en entre risas: “Vamos a hablar de lo mal que os portasteis todos”. Como en cada tertulia semanal en la que participa, el humor siempre es el protagonista, y en esta ocasión no fue diferente. Tamara Falcó bromeó con la duración de la misa, así como con otras graciosas anécdotas de la celebración, donde, por ejemplo, hubo un discurso en inglés que no todos los allí presentes pudieron entender. O, los aperitivos, que, como decía la socialité, fueron los “mejores” que comió “en su vida”. Asimismo, Tamara ha revelado el significado de ciertos detalles que no pudo desvelar a los invitados a su enlace. Uno de ellos fue el color rosa empolvado de su segundo vestido, que precisamente es el que usó su madre, Isabel Preysler, en su casamiento con Carlos Falcó, el marqués de Griñón. Tal y como se puede ver, todo estaba perfectamente planeado.
El retorno de Tamara Falcó a las pantallas llega después de unas semanas de ensueño que ha pasado junto a Íñigo Onieva. La pareja contrajo matrimonio el pasado 8 de julio en el madrileño Palacio de El Rincón, en un gran evento al que asistieron 400 invitados. En su primer verano como marido y mujer, han vivido una luna de miel que los ha llevado por variopintos destinos como Sudáfrica, Zambia, la Polinesia Francesa o París. Ahora, con la temporada estival ya cerrada, la influencer ha retomado su agenda de compromisos tanto laborales como personales, en los que no faltarán la ilusión y las ganas.