Bilbao vivió una jornada multitudinaria, el reencuentro con la feria después de la pandemia y se prolongó hasta la noche, al menos para productores que habían instalado sus puestos en El Arenal. Y es que la recogida de los estands se demoró hasta cerca de las 22.00 horas en muchos casos.
En la Granja Murrieta de Galdames, por ejemplo, no ocultaban su decepción porque “nos habían dicho que las furgonetas podrían entrar a las 20.00 horas” para empezar a retirar el género todavía disponible a última hora del día. Pasadas las 21.30 horas, “aquí seguimos y lo peor es que aún nos queda más trabajo que atender, debemos dar de comer a los animales” al volver a Enkarterri, “y como nosotros más gente”. “Algunos de quienes habían estacionado vehículos en el aparcamiento subterráneo han podido acceder al recinto, pero a los que acudimos con furgonetas de tamaño grande no nos han dejado”. Sobre las 22.00 “por fin hemos podido salir, pero hemos dejado a más productores todavía esperando”.
Sobre las 5.00 horas se levantaron y a las 6.15 pusieron rumbo a la capital ilusionados para su primera participación en Santo Tomás, aunque el tramo final del día no saliera como habían previsto, lo que les ha llevado a replantearse su participación en adelante. Por ello, sugieren al Ayuntamiento de Bilbao que tome nota de la experiencia de otros eventos masivos, como el Último Lunes de Gernika, donde este tipo de logística “se organiza de otra manera” para evitar la “caravana que se ha formado”, describían.
Como otro aspecto a mejorar de cara a futuras ediciones de Santo Tomás piden “que no se apague la luz de los puestos” hasta completar la recogida porque “hemos traído yogures artesanos” que podrían malograrse si el frigorífico no se conecta a la corriente eléctrica.
Con la página de Santo Tomás ya cerrada, no paran. Su próxima cita llegará el sábado, Nochebuena, en la feria del Ogi Eguna de su localiddad de origen.