Muchos lo conocen por su trayectoria en Duncan Dhu, la mítica banda que dio canciones como Cien gaviotas o En algún lugar. Ahora, mientras su gira le lleva a distintos puntos del Estado y de otros países, parte de su esencia sigue muy viva en Florakción, una exposición que enlaza seis disciplinas creando toda una experiencia para los sentidos, con la alta costura de Isabel Zapardiez, la pintura de Brutus Art, la escultura de Juan Luis Biain, la gastronomía de Elena Arzak, la realidad aumentada de Virtual Txoko y, por supuesto, la música de Erentxun.
Antes de que la música llamara a su puerta, tengo entendido que la arquitectura era su gran pasión.
-Era y es, porque desde que tengo uso de razón siempre supe que quería ser arquitecto. La música se cruzó en mi camino, pero nunca la vi como un modo de vida, como un oficio. Duncan Dhu nació además en Arquitectura. Yo siempre vi que iba a ser un arquitecto con un hobby que era tocar la guitarra, tener un grupo, pero nunca que se invertirían los papeles como al final ha sido. Al final la música se ha convertido en mi trabajo y la arquitectura en mi hobby.
¿Cuándo se dio cuenta de que uno iba a pasar a ser el otro?
-Fue relativamente rápido. El éxito de Duncan Dhu no fue inmediato, pero fue rápido, cosa de un año. De repente nos vimos cobrando dinero, haciendo muchos conciertos y aun y todo yo, durante los años fuertes de Duncan Dhu (últimos de los ochenta, primeros de los noventa), siempre pensé que esto tenía fecha de caducidad y que tarde o temprano yo volvería a la arquitectura. Pero nunca pasó eso, la música nunca me dejó abandonarla.
Este año toca felicitarle además. Uno de los eventos más especiales llega el cuatro de agosto, cuarenta años ni más ni menos que de Duncan Dhu. ¿Qué se lleva de esta aventura musical?
-Bueno, un vértigo terrible. Mirar hacia atrás y ver que han pasado cuarenta años. La verdad es que es toda una vida. Prácticamente no recuerdo mi vida fuera de la música, porque son muchos años. Y efectivamente, dentro de poco se cumple el 40 cumpleaños del nacimiento, y el año que viene se celebra el cuarenta aniversario ya de la carrera. Pero sí, estamos en el borde de una efeméride muy bonita.
Además, yo creo que muchos tenemos una canción de Duncan Dhu que nos acompaña. ¿Usted tiene alguna que sienta que no puede vivir sin ella?
-Ya forman parte de mí y afortunadamente como dices de mucha gente. Ya no sé disociarme, y fíjate que he grabado 27 discos junto a los de Duncan Dhu y los míos. Pero sí que hay un puñado de las primeras de Duncan Dhu que se han quedado clavadas en una especie de memoria, de ADN, que no nos abandona nunca.
Veintisiete discos no son en absoluto baladí. Cuando se siente pasión por lo que se hace, está claro que la inspiración sigue con nosotros, ¿no?
-Sí, porque además nunca me ha gustado mirar hacia atrás, ni vivir de rentas ni del pasado. Yo siempre he seguido avanzando, grabando discos, presentando nuevas canciones, y siempre han convivido muy bien los grandes éxitos del principio con los nuevos discos. Y espero que siga siendo así en el futuro.
El año pasado, sin ir más lejos, volvió con nuevo disco bajo el brazo, Septiembre, con gira también del disco. ¿Cómo se siente en los escenarios con este nuevo proyecto?
-Pues estoy disfrutando mucho. Este nuevo disco tiene la particularidad de que por primera vez en mi carrera lo escribí con un piano, y entonces llevo un piano en el escenario y después de casi cuarenta años de estar con una guitarra colgada al hombro presentar las canciones sentado delante de un piano es como un cambio radical. Estoy disfrutando mucho de esta parte mía de pianista.
Parada obligada en el itinerario, más allá de su gira, es también Florakción. Usted ha aportado su granito de arena. ¿Qué parte de su esencia nos ha dejado en esta exposición?
-Yo estoy muy contento de mi participación, que es pequeñita, y que se reduce a una pieza musical. Para mí es importante porque es la primera vez que hago algo así, una pieza instrumental para tratar de ilustrar musicalmente lo que me provocan los vestidos de Isabel, las pinturas de Brutus... Estoy muy contento de cómo ha quedado.
Se han juntado grandes entre los grandes. ¿Cómo ha sido crear sinergias con todos ellos?
-Yo creo que hay mucho talento aquí, y al final todo esto marida muy bien. A Isabel la conozco muchísimo, es mi vecina de hecho, y ella fue la que me invitó a participar. Yo creo que es una suerte estar ahí.
Los tiempos también han cambiado. ¿El público que le sigue en su aventura musical también?
-Digamos que hay una pequeña parte de público que lleva conmigo estos cuarenta años, y luego hay generaciones que se han ido incorporando, y las nuevas generaciones que son muy interesantes. Ahora vienen padres y madres con hijos, que ya he cambiado de generación, pero afortunadamente mi público es muy variado.
Hablando de nuevas generaciones, me gustaría destacar que en los últimos años se está volviendo viral no solo por su música, sino por Taylor Swift. Titulares como “En mi casa solo se escucha Taylor Swift” han sido auténtica tendencia.
-(Risas). Sí, yo a Taylor Swift le tengo que dar las gracias por dos cosas. Una, por ponernos de acuerdo a toda la familia.
¿Todos son swifties?
-Bueno, yo no tanto, pero es el punto en común. A mí hay discos que me gustan y otros no tanto, pero es la única artista que podemos escuchar los cinco en casa. Pero sobre todo estoy tremendamente agradecido porque ha hecho que mis hijas y mi mujer escuchen música y me pidan que les compre discos. Eso nunca había ocurrido en casa, y verles llorar con una canción es algo que a mí me pasaba de pequeño con Elvis, Los Beatles... De repente las veo a ellas que están viviendo lo que vivía yo a esa edad, y es maravilloso. Así que estoy tremendamente agradecido a Taylor Swift.
O sea que podemos decir que en casa se escucha más Taylor Swift que Duncan Dhu o Mikel Erentxun.
-Es que Duncan Dhu y Mikel Erentxun no se escuchan en mi casa. No gusto nada en mi familia (risas). Vienen a muchos conciertos a verme, pero no son swifties de Erentxun.
¿Tiene algún proyecto entre manos de cara al futuro?
-Bueno, estoy a punto de entrar a grabar un disco, que va a ser un disco dedicado a la Navidad, de canciones de Navidad. Por fin voy a tener mi disco de Navidad con canciones propias y alguna versión. Saldrá estas navidades.
Mikel Erentxun
Quería ser arquitecto, pasión que combina con su amor incondicional por la música. Conocido por muchos por ser vocalista y líder de Duncan Dhu, este donostiarra sigue con su carrera sobre los escenarios. Con nuevo disco bajo el brazo, titulado Septiembre, su gira le lleva a recorrer distintos puntos, recalando por todo lo alto incluso en la semana grande de Zarautz.
Florakción
Esta exposición multidisciplinar, una explosión de estímulos para los sentidos, estará disponible hasta el 13 de agosto en LaCentral Art Gallery, en calle Nueva 5, en Donostia. Allí descubriremos la alta costura de Isabel Zapardiez, la pintura de Brutus Art, la escultura de Juan Luis Biain, la gastronomía de Elena Arzak, la realidad aumentada de Virtual Txoko y, por supuesto, la música de Erentxun.