Tomarse algo en un bar en plena naturaleza después de hacerse una ruta o disfrutar de un paisaje espectacular siempre es un buen plan. Si el bar está suspendido en un puente colgante junto a unas cataratas y es totalmente de cristal para aprovechar las vistas, tomarse ese café o esa caña puede ser algo maravilloso, salvo que sufras de vértigo.
Si no tienes vértigo, ya puedes disfrutar de ese plan en Georgia. Uno de los países más desconocidos de Europa, antigua república soviética muy cercana a Asia, busca dar un nuevo impulso al turismo y acaba de inaugurar un bar con forma de diamante, el bar colgante más alto del mundo (a falta de que lo confirmen los Guinness World Récords), con 280 metros de altitud sobre el suelo.
No sólo es atractivo el bar, sino también el puente colgante del que está suspendido, una estructura de cristal y acero de 240 metros de largo en pleno Cañón Tsalka (también llamado Cañón Dashbashi) y que se hace llamar Puente Diamante, en honor a la forma que tiene el bar, que está situado justo en el centro de la estructura y desde el que se pueden admirar las impresionantes vistas del cañón y de las cataratas y cuevas que hay en él.
Por si son pocos estos atractivos, sobre todo para influencers e instagrammers, el puente cuenta también con una tirolina para recorrerlo en bicicleta (sin peligro, pese a la altura que hay sobre el suelo) y con un columpio junto al precipicio.
El Puente Diamante, que ha costado 38 millones de euros, se inauguró el 14 de junio, el mismo día en que finalizaron las restricciones por la covid que había en Georgia, y se encuentra a dos horas de la capital del país caucásico, Tiflis.