Tener todo lo necesario a quince minutos de casa

¿Se imagina vivir en una ciudad donde tenga todo lo necesario a un cuarto de hora de trayecto andando, en bici o transporte público? ¿Cree qué es posible? ¿Qué es necesario para conseguir esta quimera, al menos a día de hoy?

Carlos Moreno, urbanista catedrático de La Sorbona e impulsor del concepto La ciudad de los 15 minutos tiene las respuestas a estas cuestiones y las expuso en la capital vizcaina la semana pasada en una visita organizada por la asociación Bilbao Metropoli 30. Moreno es asesor urbanístico de varias ciudades y de responsables locales y regionales del mundo, entre las que destaca Anne Hidalgo, alcaldesa de París.

El especialista galo de origen colombiano expuso su filosofía en dos frentes muy diferentes. Primero en una conferencia magistral celebrada en la CRAI de la Universidad de Deusto. Después, en Bilbao Exhibition Centre, donde alcaldes y alcaldesas metropolitanos tuvieron la ocasión de departir personalmente con el profesor Moreno sobre los retos y oportunidades de sus respectivos municipios.

El tema central de este encuentro fue cómo implementar iniciativas que fortalezcan un tejido urbano a escala humana, sostenible e inclusivo, tal como propugna la ciudad de los 15 minutos. El término define un modelo urbano altamente flexible que garantiza que toda la ciudadanía pueda acceder a las necesidades diarias de vida a una distancia de un cuarto de hora. De este modo, cada barrio contaría con todos los aspectos urbanos; desde los espacios de trabajo y los comercios, hasta el ocio, las zonas verdes y la vivienda. La esencia es crear un ritmo de ciudad basado en las necesidades humanas, diseñando espacios que tengan varias funciones y que impliquen evitar desplazamientos a otros lugares para realizar actividades esenciales.

¿En que ciudad quieres vivir? 

Un plantemiento que supone romper moldes actuales como, por ejemplo, la hegemonía del automóvil en las urbes cuyo uso menor minimizará las emisiones de carbono, reduciendo de igual manera el tiempo de desplazamiento y generando más espacios para todos. Otra ruptura es la descentralización de la economía local aportando además la reintroducción de las cualidades históricas de las ciudades en la planificación urbana contemporánea.

Entre las conclusiones de la sesión de trabajo con los alcaldes, surgió la necesidad de realizar una medición exhaustiva y un análisis científico de las infraestructuras urbanas, así como sus usos y funcionalidades. Según Carlos Moreno, "la abrumadora mayoría de los espacios urbanos construidos se utilizan de manera mono-funcional" es decir, para un único uso y además poco tiempo. Esto implica que grandes y equipamientos permanecen sin ser usadas un 70 % del tiempo.

Los alcaldes y alcaldesas subrayaron la necesidad de conocer de manera precisa los flujos poblacionales que se producen en sus municipios y entre otras localidades de la metrópoli, al objeto de poner en marcha iniciativas concretas y así incentivar actividades que contribuyan a un mayor aprovechamiento de los espacios construidos disponibles.

Este aspecto enlaza con las posibilidades de fomentar iniciativas de economía local. El esquema propuesto es del ganar por ambas partes. Tres ejemplos. Las cafeterías pueden acoger cursos de idiomas en horas de menor afluencia. Discotecas que sean escenario en horario de tarde de clases de zumba. Polideportivos que pueden albergar viveros de empresas. Alguna iniciativa de este estilo ya esta activada en París, según expuso el profesor Moreno.

En términos generales, las cuestiones abordadas en la reunión de trabajo fortaleció la necesidad de iniciativas de colaboración público-privada, una mirada a largo plazo y una visión metropolitana, elementos en los que se basa el trabajo de Bilbao Metropoli-30. Todos los presentes junto con Carlos Moreno coincidieron en subrayar como "es necesaria una hoja de ruta hacia una metrópoli sostenible, humana, justa próxima y solidaria".