Para muchos propietarios de mascotas, poder disponer de un espacio amplio donde dejar su perro a su libre albedrío, un entorno semicontrolado en el que pueda estar sin apenas control de su humano. Disponer de un jardín o un patio como campo de juegos suele ser el deseo de muchos.
Pero quienes disponen de estos espacios, en una urbanización, en el pueblo o en alguna segunda residencia, suelen tener una duda, especialmente cuando van a llevar de nuevas a un perro a vivir con ellos. ¿Puede mi perro dormir en el exterior?
Una zona de descanso
La respuesta a esta pregunta tiene una corriente mayoritaria, aunque no deja de mostrar unas facetas a las que se debe prestar una detenida atención.
El portal especializado en el cuidado de mascotas Experto Animal, ha recogido la opinión de varios veterinarios y hay un consenso mayoritario al respecto. Lo más indicado es que el perro duerma dentro de la casa.
No hay que olvidar que el perro es un animal social, por lo que se siente mejor y más seguro en grupo, sea con humanos sea con otros perros. Por esta razón, es poco probable que quiera dormir solo afuera. Lo más probable es que en el exterior adopte una actitud de alerta durante la noche que le mantenga en un estado de semivigilia en previsión de cualquier señal extraña. Esta situación hará que no descanse como es debido ni todo lo que pueda necesitar. Así que, manteniéndose a cubierto y en compañía, nuestro perro descansará más y mejor.
Mantenerlo en esta situación puede hacer que desarrolle algunos problemas de conducta, la mayor parte de las veces ladridos, lo que acaba siendo una molestia tanto para los vecinos como para la familia.
Algunas excepciones
Pero como en otros muchos aspectos de la vida, esta reflexión y consejo general tiene algunas salvedades que los propios expertos se encargan de señalar. En concreto hay dos casos en los que plantearse que los canes pernocten fuera de la vivienda familiar.
La primera es que se puede habilitar un dormitorio en el exterior de la vivienda si nuestro perro es de carácter tranquilo y equilibrado, que se muestra independiente del núcleo familiar general. Aquellos canes que tengan un carácter más nervioso o sientan un mayor apego por sus humanos de referencia pueden sentirse algo abandonados, inseguros y desprotegidos si en las horas nocturnas se ven relegados al exterior.
La segunda opción, la segunda salvedad es que sean dos los perros que duerman fuera. Esta idea aplica la característica de estos animales de ser sociales y con otro compañeros se sentirán acompañados, algo que les hará a ambos sentirse tranquilos y protegidos.
Las condiciones
Pero de la misma manera que en el interior de la vivienda se les prepara un rincón con todo lo que pudieran necesitar para asegurarles el confort que necesitan, en el jardín o en el patio hay que tomar las mismas medidas. Incluso alguna extra.
Como es lógico, ese extra es una caseta, un habitáculo donde puedan refugiarse de las inclemencias meteorológicas como la lluvia, el viento, el frío, el sol y el calor, pero también de la humedad que puede acumularse debajo, por lo que debe encontrarse elevada sobre el suelo y ventilada.
Por lo demás, el interior debe ser similar al que tendría dentro de la vivienda. Un espacio cómodo y acolchado sobre el que tumbarse, del tamaño adecuado para la talla del perro, o de los perros si hay mas de uno y duermen juntos, impermeable y un buen aislamiento, pero con buena ventilación. Debe tener solo una entrada que pueda vigilar y defender con facilidad. Porque además debe procurarle sensación de seguridad y protección.