Los vecinos de la calle Santa Eulalia, 13 de Santurtzi han podido dormir hoy más tranquilos. Efectivos de la Policía Municipal y la Ertzaintza hacían efectiva la orden de alejamiento de 200 metros dictaminada por el juzgado de Barakaldo lo que en la práctica se traduce en un desalojo de los okupas de la vivienda. Para ello la comunidad de vecinos tenía que presentar cuatro denuncias por amenazas de muerte por parte de los inquilinos del 'narcopiso'.
Aunque la orden judicial solo aludía a dos de de los okupas, tras una negociación con la Ertzaintza han salido los tres de forma voluntaria. Eso sí dejan una vivienda destrozada según los vecinos del inmueble y mucha angustia, impotencia y miedo.
La situación tensa que han vivido en los últimos meses se tornaba angustiosa y tortuosa durante la última semana y sobre todo desde que este pasado fin de semana lo denunciaran públicamente y se llevara a cabo una movilización respaldada por un centenar de vecinos de Santurtzi que han mostrado su apoyo a los residentes en este inmueble en todo momento.
Aunque la sentencia aún no es firme ya que recordemos los okupas no se presentaron a la vista judicial y pueden apelar, sí es efectiva desde el momento en el que el veredicto del juez llega a manos de la Policía.
Medidas de protección
La situación se había vuelto tan peligrosa para los vecinos que el área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento marinero optó por reforzar la presencia policial con una patrulla haciendo guardia las 24 horas del día desde el pasado domingo, cuando se denunciaron las amenazas.
A pesar del desalojo, a los vecinos de este inmueble les va a costar olvidar el infierno vivido. Han tenido que vivir con ruidos constantes, amenazas, rotura de mobiliario en el portal que han tenido que arreglar. Los residentes señalan que los niños que viven en los diferentes pisos han vivido atemorizados sin ni siquiera atreverse a bajar solos al portal.