En el mundo del deporte, por desgracia para quienes se dedican a dirigir a los equipos profesionales, es común que los clubes prescindan de sus entrenadores cuando las cosas no marchan según las expectativas, ya que suele ser menos costoso proceder de esta manera que abarcar cambios importantes en la plantilla.
Sin ir más lejos, el propio Baskonia destituyó a una leyenda de la entidad y responsable de llevar el último título a las vitrinas del club como Dusko Ivanovic a mitad de temporada para abordar la contratación de Neven Spahija. Lo que no es tan común es que sea el propio entrenador quien, con la competición en marcha, decida hacer las maletas y dejar al club sin un líder en el banquillo y con la necesidad de replantear todo un proyecto en poco tiempo.