Deportes

TGL, la nueva revolución del golf

Recreación de cómo será el campo de juego de la nueva competición. | FOTO: TGL

Las estructuras del golf profesional, su organización tradicional y que se creía férrea, se han visto sacudidas en los últimos meses. La aparición del LIV Golf promovido por el dinero saudí sigue abriendo grietas en el PGA Tour, la organización hasta ahora más poderosa, que está buscando la manera de contrarrestar la fuga de talento. Renovar cada año su elenco, presumir de profundidad, no es suficiente y los jugadores que siguen fieles el circuito han tomado cartas en el asunto. Junto a la nueva organización del calendario, con más torneos en los que coincidan los mejores jugadores, la semana pasada se presentó la iniciativa que, en unión empresarial, promueven Tiger Woods y Rory McIlroy, los dos principales opositores al LIV Golf.

El californiano y el norirlandés, buenos amigos fuera de los campos, han creado TMRW Sports, una compañía ligada a los esports que pondrá en marcha en enero de 2024 una idea que sí supone una revolución sobre lo que siempre ha sido el golf profesional: la TGL. Se trata de una suerte de golf-indoor en el que se mezcla el juego real con el de los simuladores que ya usan muchos jugadores en sus entrenamientos. Woods y McIlroy lo presentan como una mezcla de deporte y tecnología que pretende captar y rejuvenecer a la audiencia televisiva o virtual en horario de máxima audiencia y que se disputaría en quince lunes durante dos horas, esa es la promesa, sin alterar el calendario natural del PGA Tour, que se presenta como colaborador necesario de un proyecto que busca anular el efecto del PGA Tour. Al frente del día a día de la empresa, está Mike McCarley, un ejecutivo muy ligado a NBC Sports y uno de los responsables del desarrollo de Monday Night Football, el partido estrella de cada jornada de fútbol americano y, precisamente, el principal producto con el que tendrá que chocar la nueva competición.

“TGL es la próxima evolución dentro del golf profesional y estoy emocionado de ayudar a llevarlo hacia el futuro”, ha comentado Tiger Woods sobre esta idea que pretende reunir cada vez a seis equipos de tres jugadores en estadios de gran aforo donde se utilizarán simuladores para replicar los golpes de un campo normal para llegar a los greenes naturales que sí estarán instalados en la sede de cada evento. “Adoptar la tecnología para crear este entorno único nos brinda la capacidad de trasladar nuestro deporte al horario estelar de manera constante y presentar cada minuto de acción delante del espectador, como en el fútbol o el baloncesto. Ese es un aspecto que diferenciará a TGL y atraerá a una nueva generación de aficionados”, añade la leyenda de Cypress con mucho optimismo. “Creo que es una gran oportunidad para que los jugadores del PGA Tour muestren un lado diferente de sí mismos en horario estelar. Es genial para la exposición de la marca tratar de atraer a una audiencia diferente”, completa McIlroy.

Obviamente, las dos estrellas ya han comprometido su presencia en este serie de torneos, algo importante dado el tirón mediático y comercial que aún sigue teniendo Woods, al que sus achaques físicos no se le notarán en este formato competitivo, mucho menos exigente. McCarley lo resume bien: “En un campo al aire a un golpe de 250 metros le sigue un paseo de unos diez minutos. Aquí pegas tu golpe y te sientas en el banquillo a esperar el siguiente. Eso reduce enormemente el tiempo de juego”. Quizás el mayor inconveniente que se le puede poner a este proyecto es que pueda crearse una sobredosis de golf, un sobreexposición de los mejores jugadores del mundo a costa de arrinconar a aquellos que aspiran a llegar a ese estatus.

30/08/2022