Tras los duros golpes que supusieron la temprana eliminación en Copa del Rey y la derrota contra la Virtus Bolonia, el Baskonia parece haber recuperado su mejor versión de la temporada en las últimas dos semanas, en las que ha dado dos recitales ofensivos en el Buesa Arena superando la centena de puntos contra el Valencia Basket y el Granada y ha terminado con su mala racha europea a domicilio con un triunfo de enorme mérito en el feudo del Real Madrid.
El técnico Joan Peñarroya indicó en varias de sus intervenciones que el equipo necesitaba rearmarse y volver a hacer encajar las piezas tras la suspensión de Pierria Henry, que desestabilizó al equipo cuando estaba practicando su mejor baloncesto de la temporada. Pues bien, algo más de un mes después de que llegara a Vitoria-Gasteiz el sustituto del base estadounidense, Max Heidegger, los engranajes de la máquina están volviendo a encajar, aunque están siendo concretamente dos, Thompson y Kotsar, los que con su excelente sinergia están haciendo girar el resto de la maquinaria azulgrana.
Cuando las miradas apuntaban a la necesidad de recuperar los salvajes registros anotadores de Howard para poder sacar el barco de nuevo a flote, finalmente no ha hecho falta recurrir a milagros o exhibiciones del escolta estadounidense para que regresaran las buenas sensaciones. Al contrario, han sido acciones básicas de baloncesto como las jugadas de pick and roll entre Darius Thompson y Maik Kotsar las que han permitido al conjunto entrenado por Joan Peñarroya generar ventajas en ataque y alcanzar cifras estratosféricas, con 101,3 puntos de media en los últimos tres encuentros disputados entre Euroliga y ACB.
Una acción aparentemente sencilla que, sin embargo, necesita una alta precisión y compenetración entre los ejecutores para que realmente resulte efectiva. Y eso Thompson y Kotsar lo tienen. El interior estonio ya alabó a su compañero en una entrevista concedida a este periódico asegurando que “es muy fácil comunicarse con él” y que hablan siempre “antes, durante y después de los partidos para ver qué es lo que se puede hacer mejor para atacar y defender a los rivales”. Los dos se entienden a la perfección, saben qué es lo que el otro necesita que haga en cada momento y se facilitan el trabajo.
El estonio es el principal receptor de las asistencias de Thompson y le cuesta mucho más anotar cuando no coincide con el estadounidense en la cancha, pero también el base encuentra mayores espacios y facilidades para llegar a canasta cuando Kotsar es quien ofrece uno de sus contundentes bloqueos.
Dos jugadores inteligentes
Otro de los factores que ayuda a que esta sociedad esté dando tan buenos frutos y que no se plasma en las estadísticas es la inteligencia y excelente lectura de juego con la que cuentan ambos jugadores. Siempre toman la decisión correcta. Si el bloqueo es exitoso, ambos avanzan hacia canasta y Thompson intenta la bandeja o dobla el pase para Kotsar en función de la defensa; si los dos defensores se quedan con el base, este da el balón a Kotsar que es capaz también de detectar las ayudas y asistir a un tercer hombre que queda liberado en el triple; si Kotsar libera espacio bajo el aro al salir a ofrecer el bloqueo, jugadores como Giedraitis, Tadas o Hommes cortan a canasta conocedores de que si tienen ventaja, Thompson les va a encontrar...
Evidentemente, el Baskonia no puede vivir únicamente de las ocasiones que generen entre Thompson y Kotsar, ya que se volvería demasiado previsible, pero sí que resulta una herramienta muy efectiva y útil para entrar en calor en los inicios de los partidos o para desatascar el ataque en un momento de dificultad. El martes contra el Real Madrid, sin ir más lejos, el norteamericano y el estonio fueron los autores de los 14 primeros puntos baskonistas, mientras que en el duelo contra el Coviran Granada del pasado domingo le dieron la vuelta al marcador y encarrilaron el triunfo entrando desde el banquillo después de que los andaluces se situaran 3-12 arriba.
Enoch y Costello también suelen aprovecharse de los precisos envíos de Thompson, que hace mejores a todos los interiores con los que comparte parqué, pero no cabe duda de que su socio predilecto es Kotsar. Peñarroya lo sabe y últimamente intenta que ambos coincidan en la pista por los beneficios que ello conlleva en ataque, pero también en defensa, faceta en la que se implican y dan el máximo igualmente. Un día el héroe azulgrana será Howard, otro Hommes, Giedraitis o, como sucedió ante el Real Madrid, Costello, pero la sociedad Thompson-Kotsar, donde todo empieza, raramente falla.