Es José Javier Zabaleta el pataleo de los terremotos. Es José Javier Zabaleta el flashazo del relámpago y el ojo del huracán. Es José Javier Zabaleta una fuerza de la naturaleza tan difícil de domar que cualquier esfuerzo a su lado se convierte en una cuestión menor. El zaguero de Etxarren personifica los dones del cielo y los problemas derivados de la genética, que no existe del todo el sueño americano y que hay cuestiones innatas que se escapan al entender de un simple ser humano. Hay virtudes con las que se nace. La varita mágica se engrandece con el trabajo, pero el ADN encadena.
Y no hay eslabón que pare a Zabaleta. Es determinante. Una bomba. ¡Boom! El pegador marca la pauta. Ha destrozado este domingo los buenos registros de Mikel Urrutikoetxea y Jon Ander Albisu en la final del Torneo de San Fermín. Han comenzado ganando los de Baiko Pilota en el Labrit de Iruñea. Pero después Zabaleta ha puesto su medicina. Mano de santo. Manos de triunfador. San Fermín es suyo. Sigue siendo el rey. El expeditivo Peio Etxeberria, el más activo del cuarteto, ha agradecido su labor con su perpetuo interés rematador en los cuadros alegres y ha cedido el protagonismo al guardaespaldas, un poder extraordinario.
Ocurre que Zabaleta, pelotari diésel, tiene nitroglicerina en las venas. La deflagración era cuestión de tiempo. Tic tac. Tic tac. Ha comenzado apocado, sin incidencia, contemplando el gran despliegue en ataque de Urrutikoetxea –estupendo en el inicio: agresivo, valiente, acertado–. Tic tac. Tic tac. Zabaleta se ha ido desperezando con el paso del tiempo. Tic tac. Tic tac. El vizcaino, que no ha sentido molestias en la zona del aductor de la pierna derecha, ha olisqueado la sangre y ha abierto hueco (4-0). Tic tac. Tic tac. Un fallo en el ancho ha dado cierto oxígeno a los de Aspe, pero ha respondido Mikel con un gancho (5-1). Tic tac. Tic tac. El primer fallo en ataque del zaratamoztarra ha llegado con un gancho lejano a la chapa. Parecía desatado. Tic tac. Tic tac. Urruti, protagonista absoluto del descorche, ha respondido con otro remate en un tanto duro (6-2). Tic tac. Tic tac. Y al delantero de Baiko se le ha escapado el segundo a las tablas (6-3). Tic tac, ¡boom!
Y el partido se ha vuelto azul como el firmamento de un día de verano. Zabaleta ha disipado los nubarrones con una pelota que favorece su movimiento elegante y poderoso. Peio Etxeberria ha encontrado el camino. Y lo que en principio era un rodillo colorado se ha transformado en una reacción demoníaca de los azules. La pegada del zaguero de Sakana –que no solo tiene una derecha de quilates, sino que quita, contemporiza, pega y obliga– ha destrozado a los de Baiko. Los de Aspe han asfaltado gran parte del trofeo de San Fermín con un parcial de 2-12 que ha complicado mucho el trabajo a Urrutikoetxea y Albisu, que han reaccionado a chispazos, abrasados por la dificultad de navegar en mitad de la tempestad. Agresivo y obligado a entrar en posiciones complicadas, cinco de los seis errores del vizcaino han sido en ataque. Además, el pegador de Ataun, bailando con la más fea, ha acabado haciendo aguas por lo complicado de la tarea.
La contienda se ha desnortado a partir del 11-14, el único fallo del de Sakana. Los de Aspe se han ido 12-19 y han mantenido la renta para embolsarse el trofeo del arranque estival.