El territorio ha vivido una grave situación de emergencia como consecuencia de las lluvias. ¿Cómo ha sido la gestión?
–Durante estos últimos días la Diputación ha estado volcada en atender las consecuencias de esta situación excepcional que estamos viviendo. La labor de los bomberos forales ha sido fundamental a la hora de atender a las personas, evitar daños y prevenir situaciones que podían haber sido mas graves. Desde carreteras también se ha hecho un extraordinario trabajo de prevención y atención. Estamos en la mesa de crisis y personalmente llevo desde el viernes en contacto permanente con los departamentos y visitando las zonas afectadas, hablando con los vecinos que están sufriendo esta situación y tomando medidas que ayuden dentro de lo complicado que es afrontar unas lluvias que no se producían con esta intensidad desde hace décadas. Entiendo y comparto la preocupación de muchas personas que ven como el agua se acerca a sus casas y negocios, y creo que se está respondiendo de forma adecuada ante la gravedad de la situación.
El tiempo está siendo actualidad. También el vino de Rioja Alavesa. ¿Por qué es necesario diferenciarlo?
–La propuesta de diferenciación de los vinos de Rioja Alavesa ya la hicimos pública hace aproximadamente seis años y medio. En un entorno cada vez más competitivo, en el que cada vez hay más referencias de vinos, lo importante es la calidad y el posicionamiento. Y la calidad solo es posible defenderla en el mercado si es posible diferenciar. En una comarca pequeña, que tiene limitada su capacidad de producción de uva por su superficie, es fundamental la diferenciación de los vinos, lo entiende así todo el sector, en esto no hay discrepancias.
¿Y cuál es el mejor mecanismo para diferenciar los vinos de Rioja Alavesa?
–Para mí, sin ninguna duda, que exista una denominación, una marca propia, Rioja Alavesa. Esa era nuestra propuesta, esa marca propia dentro del paraguas Rioja, que no pretendía y nunca ha pretendido romper nada. Es una propuesta que supone seguir además la hoja de ruta que nos marcaron las Juntas Generales de Álava, que el 29 de junio de 2020 aprobaron una moción que dice precisamente eso.
¿Qué le parece la polémica que se ha suscitado en torno a la propuesta del PNV sobre los vinos de Rioja Alavesa?
–La propuesta que se llevaba al Congreso pretendía establecer un mecanismo de cogobernanza en el marco de la Denominación de Origen Calificada Rioja, estableciendo, si el 60% al menos de los operadores de una zona concreta así lo desean, la posibilidad de establecer un consejo de zona, en plena colaboración con el Consejo Regulador de la Denominación. No era ir contra nadie sino todo lo contrario, colaborar para prestigiar aún más la marca Rioja, y especialmente Rioja Alavesa.
Tras lo sucedido, ¿cree que sigue habiendo margen de actuación?
–Se ha abierto una línea de diálogo con el Ministerio de Agricultura, un camino que debería cambiar las cosas. Lo que no vale son las propuestas de negación o contrarias a cualquier cambio, el sector demanda dar pasos hacia esa diferenciación. Yo creo que la propuesta planteada en el Congreso es una buena propuesta para sentarse a hablar. Mi convencimiento personal es que al final, tarde o temprano, va a haber cambios importantes en el modelo de la Denominación de Origen Rioja, porque tiene que haberlos, porque lo demanda el propio sector, lo demanda Rioja Alavesa, pero también muchos actores dentro de la Denominación, también dentro de la Comunidad de La Rioja. Yo creo que hay margen de actuación, la Diputación va a seguir trabajando en ese sentido, quiere dialogar y acordar, pero tampoco va a aceptar vetos, que el gobierno de otra comunidad autónoma pretenda decidir cómo se organizan las empresas alavesas.
¿Y cómo valora la posición del PP con respecto al futuro del vino de Rioja Alavesa?
–El PP ha pretendido utilizar esta cuestión para desgastar al PSOE en La Rioja, en una situación que desde el punto de vista electoral es muy ajustada. No le importaba nada la situación de las bodegas alavesas ni el futuro del sector.
Hablamos de Medio Ambiente. ¿Es la recién aprobada ley de Administración Ambiental que impulsa la consejera Arantxa Tapia una puerta abierta a la implantación de proyectos con fuerte oposición social?
–La figura que recoge esta ley, sobre proyectos de interés público, es necesaria. Existe en la gran mayoría de comunidades autónomas, y quienes la critican en Euskadi la defienden allí donde gobiernan, PP y Podemos tienen figuras similares donde tienen responsabilidades de gobierno. Es una figura que permite que determinados proyectos que realmente son relevantes y necesarios para el conjunto del país salgan adelante, se van a dar todas las garantías para amparar proyectos realmente estratégicos para el futuro y entiendo que no es contraria a la autonomía ni a las competencias municipales.
¿Cuáles son los retos de Araba para lograr el objetivo de producción renovable en el territorio? ¿Es posible alcanzar un consenso político amplio al respecto?
–Álava es un territorio que tiene una demanda muy importante de energía, es proporcionalmente el territorio más industrial del Estado; tenemos que ir hacia una utilización de energías limpias en el ámbito de la industria, además del doméstico, y eso solo es posible si generamos energía renovable en el territorio. Hay que abordar proyectos de generación intensiva de energía renovable. ¿Dónde y cómo? Estos proyectos solo se pueden abordar desde la iniciativa privada, como ocurre en todos los lugares. El papel de las instituciones tiene que ser de impulso y de ordenación de esos proyectos. La Diputación quiere impulsar la implantación de energías renovables y al mismo tiempo establece los mecanismos necesarios para que esa producción sea ordenada y se ubique en los lugares en los que debe ubicarse.
¿En qué fase encuentran a día de hoy los diferentes proyectos previstos?
–Tenemos dos proyectos que pueden y deben ser viables, el de Labraza y el de Azazeta. Hay informes ya elaborados que determinan que medioambientalmente pueden hacerse realidad y tenemos que trabajar para que sigan adelante. Yo creo que eso es posible. Y hay que trabajar más, la Diputación está volcada en proyectos de energía fotovoltaica distribuida través del programa Ekiola, ha constituido una sociedad para impulsar la producción de energía renovable, Enargi; está trabajando en el gran proyecto de energía fotovoltaica en Armiñón, y hay que seguir buscando emplazamientos que sean respetuosos con la biodiversidad, pero que nos ayuden a cumplir con las obligaciones contraídas con Europa y las derivadas de la Ley de Cambio Climático.
¿Puede garantizar la Diputación que el proyecto de la línea de alta tensión de la empresa Forestalia no va a afectar a la biodiversidad del territorio o a sus pueblos?
–La Diputación tiene la posibilidad de emitir informes medioambientales, ya lo ha hecho y lo ha hecho en sentido negativo. Esos proyectos no respetan la biodiversidad y son contrarios a una estrategia ordenada en torno a las energías renovables. La producción de energía debe ser lo más cercana al lugar donde se vierte en la red.
Hace unas semanas expresó su preocupación tras la llamada de algunas empresas por los efectos del incremento del precio de la luz ¿Sigue ese goteo de quejas? ¿Hay peligro de paradas en la industria alavesa?
–Esperamos que la situación se vaya solucionando poco a poco, porque el precio de la energía es un elemento de competitividad importante, en Álava tenemos empresas que son grandes consumidoras. Tenemos grandes multinacionales, algunas alavesas y otras no, y pymes que compiten a nivel mundial. Su competitividad es garantía de que van a adaptarse.
¿Tienen capacidad los motores económicos de Araba, Mercedes y Michelin, para responder a la crisis de suministros?
–Están demostrando capacidad de respuesta, de adaptación a esta situación, tomando decisiones que les permiten mantener en la medida de lo posible su producción y también, y esto es muy importante, el empleo.
La Comisión Europea ha aprobado una primera liberación de fondos de recuperación para el vehículo eléctrico. ¿Cuándo empezará a llegar dinero de Bruselas al territorio?
–El territorio tiene grandes proyectos vinculados con la transformación de la industria del automóvil, que tienen que ver con la electrificación de vehículos, con la producción de baterías o con la movilidad, como Mobility Lab. Son proyectos que aspiran a tener financiación europea, lo suficientemente trabajados como para tenerla, y en las próximas semanas veremos en qué medida pueden ser financiados a través de estos fondos.
¿Tendrán esos fondos la incidencia económica esperada en Araba?
–No hay que fiarlo todo a los fondos europeos. Hay que ser capaces de diseñar proyectos transformadores que puedan desarrollarse también sin esos fondos, y ese es el trabajo que se ha hecho en Álava, identificar esos proyectos, trabajar en su desarrollo. Algunos no tendrán esa financiación, pero eso no significa que no acaben convirtiéndose en realidad.
¿Confía en que se asiente la recuperación económica pese al repunte de la pandemia y a otros escollos que están surgiendo? ¿Espera que lleguen nuevos proyectos de inversión al territorio en 2022?
–Están llegando, incluso durante la pandemia han continuado llegando proyectos de inversión, proyectos transformadores y que responden también a la nueva economía. Han llegado dos data center importantes, uno a Arasur y otro a Laguardia, y AVS Next se ha instalado en el Parque Tecnológico de Álava. Este es un territorio más atractivo que nunca para la inversión, a la Diputación llegan muchas ideas. La crisis generada por el covid no ha supuesto un parón; igual algunos proyectos tardan un poco más en hacerse realidad, pero no hay un parón ni una renuncia esos proyectos.
"EH Bildu no quiere mejorar el Presupuesto de Álava"
EH Bildu ya ha anunciado una enmienda a la totalidad de los Presupuestos forales. ¿Lo esperaba, habida cuenta de que en el Parlamento Vasco, en Navarra y en el Congreso de los Diputados la apuesta de los soberanistas ha sido facilitar la aprobación de las Cuentas?
–Hemos mantenido reuniones con ellos en base a una propuesta con la que pretendían un cambio de rumbo de las políticas forales. Pretendían que el Gobierno foral aplicase las políticas de EH Bildu, en ámbitos concretos con absoluta claridad, como las políticas sociales o la transición energética. Eso no es posible, es posible sentarse a negociar sobre partidas concretas que mejoren el Presupuesto, a eso estábamos dispuestos y de hecho lo demandábamos hace tiempo, pero EH Bildu no quiere mejorar el Presupuesto, quiere aplicar su programa electoral, y para eso tiene que ganar unas elecciones y obtener la capacidad de gobernar el territorio.
PP y Elkarrekin Araba han dejado claro también que no van apoyar el Presupuesto. ¿En algún momento tuvo la esperanza de ampliar el respaldo más allá de la mayoría absoluta que representan PNV y PSE?
–El Gobierno foral lo ha intentado, ha intentado negociar con todos los grupos en base a un proyecto que es el más ambicioso de la historia de Álava, que supone una mejora significativa de las políticas sociales, con un incremento muy importante de la dotación presupuestaria; que aborda las grandes transformaciones que necesita el territorio. Ante ese proyecto de Presupuesto la oposición podía sentarse para aportar su punto de vista, con propuestas que lo mejorasen, o ir a una descalificación del Presupuesto, y ha optado por esa segunda vía. Yo respeto esa decisión, aunque creo que no es la que quieren los ciudadanos.
"No hay que fiarlo todo a los fondos europeos; debemos tener proyectos transformadores que puedan desarrollarse también sin ellos"
"EH Bildu no quiere mejorar el Presupuesto, quiere aplicar su programa electoral, y para eso tiene que ganar unas elecciones"
"La figura que recoge la ley de Administración Ambiental es necesaria; existe en la gran mayoría de comunidades autónomas"