Virginia Briones Mateos (Vicky) lleva el hostal La Madriguera de Tomaso en Eraul, uno de los 18 concejos del valle de Yerri en Tierra Estella. Esta urbanita de Pamplona se trasladó con su familia hasta un pueblo de menos de cien habitantes donde junto con su marido Luis crearon un negocio y una nueva forma de vida lejos de la capital.
Se trata de una casa muy especial porque en ella vive el ratón Tomaso, todo un personaje que ha hecho las delicias de los cientos de niños y niñas que han pasado por este establecimiento rural de Eraul. Detrás de este personaje y de que la estancia en la casa sea una delicia está Vicky, que fue su creadora y alma mater de este espacio. Con todo, la adaptación a la vida rural fue un proceso lento porque “no es lo mismo haber tenido contacto con el pueblo y la zona que no tenerlo. A nosotros nos gustaba la montaña. Lo que más nos ha motivado es vivir rodeados de naturaleza y en cinco minutos estar en el monte. Salimos mucho de paseo con nuestros niños y acompañamos a los clientes para mostrarles los rincones”.
Es en el día a día donde más contrasta la vida en un pueblo “es un cambio de ritmo con mucha más tranquilidad; vinculados a la vida rural, por ejemplo, si hay que nutrir la caldera de leña o el fogón: “hacemos las suertes de leña en el monte como casi todos los del pueblo” .
Un cambio radical ya que Vicky siempre había trabajado para otras empresas. Pero al apostar por vivir en un pueblo sintió que había que emprender y hacer algo que les permitiera no tener que desplazarse hasta Iruña. “Me animé por el apoyo de mi pareja que se sentía más cómodo en el emprendimiento”. Ha sido un camino largo “en el que siento que he cogido mucha confianza. Al principio tenía inseguridades pusimos toda nuestra alma e hicimos una gran apuesta para sacar adelante el proyecto”. La casa de Eraul se convirtió en su proyecto de vida, desde la obra hasta el concepto de casa y la nueva vivencia en el pueblo. “Enseguida conseguimos que la gente empatizara con el proyecto de casa rural para familias con niños y desde el principio funcionó, eso nos ha dado confianza y fuerza por la que ahora me atrevería a realizar otros proyectos”.
La conciliación es una de las explicaciones que Vicky da para explicar el por qué de que buena parte de los negocios rurales de Tierra Estella esté llevado por mujeres. “Tener un negocio en un pueblo te permite marcar el ritmo y los horarios por lo que he podido compaginar la crianza de mis hijos con el proyecto y también estar en la naturaleza: dedicar tiempo a los paseos y tener libertad, algo que para mi es superimportante”. Una iniciativa que a Vicky le inspiraron sus abuelas, vinculadas al mundo rural: tenían huerto, criaban animales y vivían ligadas al mundo rural: “lses he copiado en eso porque yo quería vivir como ellas en algo que estuviera ligado a un pueblo y a la naturaleza. He conseguido hacer realidad mi sueño en esta casa rural de Eraul”.