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Toca hablar del Congo: "La población vive en un estado de terror y miedo extremo"

La toma de la ciudad de Goma por parte del M23 ha dejado un reguero de sangre y destrucción y supone la mayor escalda del conflicto en la última década; el grupo se encuentra a las puertas de Bukavu
Miembros de la Cruz Roja congoleña llevan cadáveres a un cementerio de Goma.
Miembros de la Cruz Roja congoleña llevan cadáveres a un cementerio de Goma. / Efe

Actualizado hace 29 segundos

Toca hablar de la República Democrática del Congo (RDC) aunque no ocupe portadas. Y toca hablar de ello porque está viviendo la peor escalada del conflicto desde al menos una década, después de que la guerrilla M23 –con apoyo de Ruanda– tomara la ciudad de Goma, dejando un reguero de muerte y destrucción a su paso, y esté a las puertas de entrar en Bukavu, provocando la huida desesperada de sus habitantes. "La brutal toma de Goma –la tercera ciudad más importante del país, con casi dos millones de habitantes– ilustra una profunda crisis humanitaria agravada por la participación directa de Ruanda en el conflicto. La comunidad internacional debe actuar rápidamente para exigir la retirada inmediata e incondicional del ejército ruandés de Goma y sus alrededores", denuncia desde la ciudad congoleña, capital de Kivu Norte, Émilie Katungu Katondo, directora de programas de la organización Synergie des femmes pour les victimes des violences sexuelles (SFVS).

La información que llega desde el país habla de casi un millar de muertos, entre ellos más de un centenar de mujeres que fueron violadas y quemadas vivas durante la fuga masiva de una cárcel, pero la activista congoleña tiene datos más detallados: más de 5.600 personas han muerto en la última semana por los combates y los bombardeos, entre ellos civiles, soldados congoleños y miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU (Monusco); hay ejecuciones masivas de uniformados, de civiles desplazados y de jóvenes tutsi que se negaron a unirse a la rebelión; se han incrementado los secuestros, principalmente de jóvenes, para reclutarlos o exigir rescates a sus familias, y la violencia sexual vuelve a ser una constante, así como los desplazamientos, 300.000 en los últimos días.

Desplazados intenos tras esta nueva ola de violencia en el este del Congo.

Desplazados intenos tras esta nueva ola de violencia en el este del Congo. Efe

"Los campos alrededor de Goma, ya superpoblados antes de la ofensiva, se volvieron insoportables. Las condiciones sanitarias se deterioraron rápidamente, aumentando el riesgo de epidemias", alerta Katungu Katondo. La ciudad ha quedado sumida en el caos, con cadáveres tirados en las calles –como muestran las imágenes de miembros de la Cruz Roja recogiendo los cuerpos y trasladándolos a cementerios– y bombardeos sobre viviendas residenciales. Todos los servicios del Gobierno congoleño, las instalaciones sanitarias, el equipo médico y las ONG internacionales han sido confiscados o destruidos por el grupo armado. "La población vive en un estado de terror y miedo extremo, lo que provoca ansiedad, enfermedades psicosomáticas y lesiones internas difíciles de tratar", explica la activista congoleña.

Minerales de sangre

En un mundo en guerra, para mucha gente este puede ser un conflicto más, uno que se alarga durante más de tres décadas y que pilla a miles de kilómetros. Pero, sin embargo, está conectado con cada uno de nosotros a través de nuestros teléfonos móviles u ordenadores, compuestos por tres minerales que desangran el país: coltán, del que se extrae el tantalio (que almacena la electricidad para que suene), casiterita, de la que se extrae el estaño (que se usa para soldar los circuitos), y la wolframita, de la que se extrae el wolframio (que hace que vibre).

No se trata de responsabilizar a nadie –como ilustró la activista congoleña Caddy Adzuba durante una charla en la Ekoetxea de Gallarta hace dos años al mostrar su teléfono inteligente: "Yo también tengo uno", dijo–, sino de tomar conciencia y reconocer ese hilo que nos conecta y que hace de este conflicto algo no tan ajeno. Hace un mes, el Gobierno congoleño presentó denuncias penales en Francia y Bélgica contra filiales de Apple, al que acusa de utilizar minerales expoliados de la RDC y "blanqueados" a través de las cadenas de suministro mundiales. Y es que muchas de las explotaciones mineras, donde abunda el trabajo infantil y las condiciones infrahumanas, son explotadas por estos grupos armados, que logran sacar los minerales hacia Ruanda y así abastecer a las grandes multinacionales.

En el este del país, donde están Goma y Bukavu, decenas de estos grupos armados pelean entre sí y con el Ejército congoleño por el control de este codiciado botín, alimentando un conflicto que se ha vuelto endémico. Y, en este contexto, el M23 se ha convertido en una verdadera amenaza gracias al apoyo de Ruanda. Por todo esto hay que hablar de la RDC, para que el hastío por tanta muerte y destrucción no nos cubra los ojos. "La situación es extremadamente difícil", aseguran desde el terreno

2025-02-08T19:14:25+01:00
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