Buscar
Cultura

Toda una vida

José Mercé, el sábado en el balcón de la plaza del Ayuntamiento con Manuel Cerpa, luce el pañuelo que le regalaron el viernes.
José Mercé, el sábado en el balcón de la plaza del Ayuntamiento con Manuel Cerpa, luce el pañuelo que le regalaron el viernes.

Quiere el maestro jerezano que este “Oripandó” con el que se ha presentado en el Baluarte, sea una especie de autobiografía: toda una vida con el flamenco, toda una vida con su mujer, presente en el escenario, toda una vida con la música, en definitiva, que toca varios estilos, y que se sale de lo más hondo para conquistar, absolutamente, a todos los públicos. Aunque, eso sí, todo lo que canta Mercé, tiene “jondura”. Porque a todo lo carga de una emoción extrema, tanto para lo más dramático, como para lo más festivo. Pero es que, además, José Mercé se ha reinventado: se presenta rejuvenecido, en una estupenda forma física, y sigue manteniendo ese torrente de voz tan característico; se ha baritonado un poco, y ese punto de gravedad –incluido el tan humano leve rajo– convence todavía más, y la voz recia y volcánica lo llena todo, lo atrapa todo, lo expresa todo: sus sentimientos y los del público. Cantó el disco (Oripandó), en un ambiente discotequero en la sala; se sentó en la silla de enea y sólo con la guitarra española –(una revelación el joven guitarrista Manuel)– sentó cátedra del cante; se desgarró las entrañas al cantar a su hijo muerto; agradeció la vida con su mujer y compartió la alegría de las cincuenta primaveras, -“y otras mil que yo quisiera”-; y, junto al fuego que quema en los momentos amargos, volvió al optimismo con el público, porque todo se alegra “Al Alba”, y aún nos queda –(le queda)– mucho “Aire”. Por todo esto, yo creo que el gran tema de velada, fue “Si tú me lo pides volvería a empezar”; y es que, sin rupturas, claro, pero con inusitada fuerza y vitalidad, es como si el maestro volviera a un entusiasmo juvenil, empujado por un público que, puesto en pie, le dio la ovación del siglo.

El recital estuvo acompañado por 8 músicos y hay que constatar el extraordinario nivel de todo el conjunto, especialmente del pianista y director musical, impecable y elegante siempre; del “guitarra eléctrica”, con punteos soberbios derivados al jazz; y del “guitarra española”, con unas falsetas que asombraron. Las luces ambientaron cada estilo. El sonido, para mí, un poco alto en la primera parte, me resultó algo confuso, luego ya no. Con estas mimbres, todo salía bien: del martinete al “rapeo”, porque hubo de todos los colores, como dijo el maestro. Entre el ambiente más pop, un recuerdo de mineras y un austero martinete, certifican su origen. El público –lleno de fans- se lo pasa muy bien con los temas del disco. A solo con guitarra, va por bulerías, tangos, alegrías (aunque con ritmo más bien de tango), malagueña, solea y fandangos. Aquí ya, es imposible resistirse a su arte –sobre todo los que tenemos cierta edad–. Mercé trasmite como pocos. Te crees todo lo que dice. Su voz un tanto cavernosa, pero que también se ilumina en los “quejíos”, te mete irremediablemente en su caverna; y si alguien remolonea, entonces le da un rugido –(hermoso rugido)– si hace falta: tal es su visceralidad, que es verdadera y no impostada.

Y así, hasta la apoteosis final. Con las incombustibles, -como él-, “Al alba” y “Aire”, temas ya en el olimpo de lo clásico. Mercé estaba contento y agradecido. Estuvo en escena la hora y media larga del espectáculo, y se retiró bailando. Larga vida al maestro. Larga vida al flamenco… y sus creativos alrededores.

JOSÉ MERCÉ

Oripandó. José Mercé y compañía. Programa: temas del disco Oripandó, martinete, bulerías, tangos, malagueña, solea, fandangos… Programación: Flamenco on Fire. Lugar: sala principal del Baluarte. Fecha: 26 de agosto de 2022. Público: lleno. 30 y 40 euros.

2022-08-29T08:15:03+02:00
En directo
Onda Vasca En Directo