La Real está obligada a ganar al Leipzig si quiere clasificarse para los octavos de final de la Europa League. Los donostiarras tienen que hacer valer el buen empate que cosechó en tierras germanas. Un resultado que pudo y debió ser aún mejor, en el caso de que el turco Çakir no se hubiera inventado el penalti que propició el definitivo 2-2.
El equipo realista llega al envite muy tocado por las bajas y con las heridas de la histórica goleada encajada ante el eterno rival aún sin cicatrizar. Es cierto que el derbi llegó en el peor momento, pero también lo es que el equipo cuajó una actuación muy decepcionante y, sobre todo, que se vino abajo incomprensiblemente después de encajar los dos primeros goles a balón parado. Pero para afrontar un encuentro de este calibre es vital olvidar cualquier experiencia frustrante del pasado reciente, aunque esta haya sido una de las más traumáticas desde el punto psicológico de los últimos años.
Después de la contundente eliminación del curso pasado ante el Manchester United, que, luego, perdió la final en los penaltis ante el Villarreal, la Real se había marcado como uno de sus grandes objetivos para este curso llegar más lejos en Europa y demostrar que había ganado mucho en madurez y en competitividad. Ha llegado la hora de demostrarlo.
Todo o nada. El nada está claro, porque es volver a caer tras una trayectoria al menos digna tras haber eliminado al PSV Eindhoven y al Sturm Graz. El todo es a día de hoy, porque si consigue pasar de ronda, no se tardará en pedirle más. Pero tanto el equipo como el club necesitan dar un golpe encima de la mesa y comprobar que es capaz de codearse con los mejores del Viejo Continente.
Una vez más, Anoeta jugará un papel muy especial en el intento de apear a un rival Champions que entre medias del pulso con los guipuzcoanos, se pegó un festín en Berlín al vapulear al Hertha de Tayfun por 1-6. El estadio donostiarra será una caldera para erigirse en el jugador número 12.
Imanol cuenta con las altas de Januzaj e Isak y la baja de Merino. En el caso del navarro, tuvieron más peso los pertinentes protocolos que la voluntad del jugador, que reconoció en Instagram que debe cumplir la recomendación médica por salud. El belga podría arrancar desde el banquillo, mientras que el sueco debería poder regresar al once si no se agravan sus molestias musculares. La otra gran incógnita es el planteamiento que utilizará Imanol. Si repite los cinco defensas de la ida o si, como parece, regresará a su esquema habitual. Por lo tanto, Remiro podría seguir en la portería, aunque Ryan cuente con opciones. En la zaga, parecen seguros Zaldua, Aritz, Le Normand y Aihen. En el centro del campo, Zubimendi será el mediocentro, con Guridi o Guevara supliendo a Mikel Merino. Zubeldia también cuenta con opciones de regresar al puesto de pivote, con Zubimendi, Guevara o Guridi. Y arriba, si Januzaj no está al 100%, seguirá Portu, con Isak y Oyarzabal. Si el sueco no tiene buenas sensaciones, volverá a ser el turno de Sorloth.
Angeliño, duda
El Leipzig repetirá la misma puesta en escena de la ida. Esta vez tiene la duda de uno de sus jugadores más importantes, Angeliño, que no paró de servir buenos centros en la ida. Nkunku es su mayor peligro.