Los ganaderos de Aralar han decidido plantarse ante la Mancomunidad de Enirio-Aralar, que el resto pasa olímpicamente del sector
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Todo por el pueblo, pero sin el pueblo, era el lema del despotismo ilustrado hacia finales del siglo XVIII. Algo similar a lo que piensan, mejor dicho, practican, demasiados políticos en su acción cotidiana. Ellos piensan que son los verdaderos y genuinos intérpretes de la realidad del sector que les toca gestionar y gobernar, y tanto es así que, incluso, se llega a ningunear a los supuestos beneficiarios de sus políticas.
Algo similar ha ocurrido en Aralar, este domingo de 1 de mayo, donde la Mancomunidad de Enirio-Aralar ha organizado nuevamente, tras el parón pandémico, la fiesta de la apertura de pastos donde, por una parte, se pone en valor la labor que ejercen los ganaderos que con su ganado gestionan la montaña y, por otra parte, los ganaderos hacen patente su compromiso por gestionar correcta y sosteniblemente esos montes públicos para bien del conjunto de la sociedad, no sólo de los vecinos de los quince municipios mancomunados, sino para la sociedad en general.
En dicha fiesta, para escenificar esa labor de los ganaderos y el compromiso de estos con los gestores de la mancomunidad, los suelen cruzar con unas pocas cabezas de ganado ovino, bovino y caballar la verja de Zamao a modo de portal de entrada a la sierra. Pues bien, este año, los ganaderos han decidido plantarse y dar la espalda a una mancomunidad que pretende, con este festejo, dar una sensación de normalidad, de que aquí no pasa nada, cuando la realidad es que, a lo largo del año, la mancomunidad pasa olímpicamente de los ganaderos.
El 1 de mayo, día del trabajo, los trabajadores salen a la calle a reivindicar condiciones dignas en sus lugares de trabajo (seguridad laboral, mejores salarios, mejoras sociales, etc.) y casualidades de la vida, ese día los ganaderos de Aralar han decidido poner pie en pared y plantarse ante una mancomunidad que no quiere mejorar las condiciones de trabajo para los ganaderos que suben a la sierra.
La decisión ha descolocado a más de uno, pero todos, mandamases de la mancomunidad, demás cargos municipales de esos quince municipios y todos sus convecinos, debieran ser conscientes que dicha decisión no ha sido fácil para los ganaderos puesto que no es plato de gusto dar la espalda a una fiesta que, reconozcámoslo, fue ideada para poner en valor la ganadería de montaña.
Hilando con el lema del despotismo ilustrado, alguien ha decidido hacer realidad aquello de: "todo para la ganadería, pero sin ganaderos".
Algo similar, salvando las distancias, han debido pensar los gurús del futuro y los ansiosos gestores de multinacionales y fondos de inversión que han optado por una alimentación sin productores de alimentos y así, día sí y día también, vamos conociendo noticias sobre proyectos para sustituir alimentos naturales por alimentos artificiales.
agricultura celular
Andoni, un joven ganadero con el que desde hace bien poco comparto información sectorial, creo que me ha conocido bien pronto y sabedor de cuáles son las noticias que me sobrecogen y calientan sobremanera, recientemente me pasaba una inquietante noticia sobre una aceleradora de startups lácteas promovida por Pascual que seleccionaba cuatro proyectos cuyo elemento en común era la agricultura celular para producir lácteos sin vacas y todo ello, según sus promotores, para que el consumidor final pueda disfrutar de un helado o un queso sin que tenga que preocuparse por el impacto ambiental o por el bienestar animal.
No vayan ustedes a pensar que esas empresas, de nacionalidades varias, tienen el innoble objetivo de forrarse, no, por Dios. Su objetivo es ayudarles a ustedes y aliviar su conciencia de maltratadores de los animales y del medio ambiente cada vez que le den un lametazo al helado. Incluso la misma Pascual, impulsa esas startups para estar, al igual que hacen las grandes empresas cárnicas o lácteas impulsando su línea vegana, en los dos mercados simultáneamente, en misa y repicando, en el sector lácteo natural y en el sector lácteo artificial. En definitiva, como les decía, todo por su alimentación, pero sin productores de alimentos.
Ahora bien, teniendo en cuenta lo revuelto que está el patio, no me extraña nada, y así alcanzo a comprender la información que también me pasa Andoni, que dice que la Comisión Europea ha registrado la Iniciativa Ciudadana Europea End The Slaughter Age (Acabemos con la era de los sacrificios), en la que, estos amigos del sector ganadero, piden excluir a la ganadería de las actividades que pueden optar a subvenciones agrícolas. Según sus impulsores, deben incluirse alternativas "éticas y ecológicas, como la agricultura celular y las proteínas vegetales" y nuevos incentivos para esas producciones. Con amigos como éstos, ¿para qué queremos enemigos?
Resumiendo, todo por vosotros, pero sin vosotros.