La alavesa Zigor Corporación, especializada en soluciones flexibles, innovadoras y eficientes para la gestión integral de la energía eléctrica en los ámbitos de la industria, la transmisión y distribución y la energía, es una de las compañías con mayor proyección de crecimiento en el sector industrial de la energía. Cierra un 2021 en el que ha abordado hitos importantes como una ampliación de capital para reforzar sus planes de crecimiento o la apertura de su centro de desarrollo en Valencia. Este año debía ser el de la recuperación pero acaba el ejercicio lleno de incertidumbres. ¿Cómo ha sido 2021 para Zigor?
–Yo soy muy ambicioso y muy exigente. Este año hemos crecido en ventas el 20%, el Ebit ha crecido un 65% y algunas líneas de negocio han duplicado su facturación. Cualquiera podría decir que es un año extraordinario, pero yo me quedo con un sabor de boca un poco amargo, las expectativas que teníamos eran todavía mayores y el crecimiento que podía haber tenido Zigor era mucho mayor. Empezamos el año como cohetes y quizá ha sido el último cuatrimestre...
El contexto económico y el de la pandemia se han complicado.
–Hay varios factores, el alto coste de la energía, que ha impactado en la economía, sobre todo en la parte industrial; esta nueva ola y todas las prevenciones que la gente está empezando a tener sobre parar a ver qué viene; los problemas de suministros de componentes... Incluso yo sospecho que las ayudas europeas tienen una componente muy peligrosa de retraso de proyectos de inversión ante la expectativa de una subvención para su ejecución. El problema de eso es que si los fondos tardan en llegar, tardan en hacerse las inversiones.
Precisamente SEA Empresas Alavesas daba cifras recientemente sobre el fuerte impacto de la crisis de suministros, ¿en qué medida les ha afectado?
–Hay una cosa que Zigor ha sabido hacer muy bien: el control de los costes y la garantía del suministro de nuestros proveedores. En un contexto de sobredemanda o de que la oferta no ha crecido, lo que ha generado muchas tensiones en la cadena de suministros, alza de precios de fletes, escasez de material eléctrico, alza de precios de cobre y aluminio... al final hemos conseguido que nuestros costes de materiales hayan bajado. Eso se ha debido a la gran labor que ha hecho el área de compras y gestión de proveedores de Zigor, negociando acuerdos a medio y largo plazo, buscando alternativas junto con la parte de ingeniería a componentes críticos, ampliando el abanico de proveedores... La clave ha sido trabajar con estrategia, no trabajar en el corto plazo, y planificar bien. Esto nos ha permitido crecer en un contexto difícil, porque los suministros escasean y son caros, y atender a todos nuestros clientes sin retrasos. Otra dificultad que hemos tenido y que tenemos normalmente es que nuestro mix de producto cambia mes a mes. La agilidad de nuestros procesos de fabricación para adaptarse a demandas cambiantes de un mes para otro y con muy poca previsibilidad, junto a una estrategia de acuerdo a largo plazo y estrategia de compras ampliando el portfolio de proveedores han hecho que podamos reducir costes y aumentar ventas.
Comentaba que este año Zigor ha duplicado la facturación en algunas líneas de negocio, ¿en cuáles?
–Sí, en la línea de Industria, básicamente en todos los temas de calidad de red. Primero está el acuerdo con Schneider, que lo firmamos en 2020 pero el proyecto realmente se pone en marcha en 2021 y hemos tenido un ramp up de ventas en este contrato muy importante este año. Luego Mercadona, otro cliente importante para Zigor: lanzamos un nuevo producto a finales de 2020 que se desarrolló de la mano de Mercadona y se ha visto los resultados este año. La previsión con Industria es duplicar el año que viene. El crecimiento que esperamos del contrato con Schneider es muy importante. Y además estamos firmando contratos bilaterales con Schneider en Colombia y Schneider en México para desarrollar con mayor celeridad esos mercados dentro del plan global de Schneider, que ahora está muy centrado en desarrollar los mercados de Rusia, China y Centroeuropa.
En la parte de Transmisión y Distribución, redes eléctricas, nos acaban de comunicar la adjudicación del 50% del suministro para Iberdrola de los rectificadores-cargadores de continua para baterías. Además son cargadores que se han desarrollado nuevos y es una tecnología muy vinculada a redes inteligentes. Es una magnífica noticia, no solo porque somos capaces de desarrollar la tecnología que un líder en redes inteligentes como Iberdrola exige, sino que además cuando llegamos a la oferta del producto para mercado somos muy competitivos. Y tenemos una panoplia de proyectos en TyD que están vinculados a almacenamiento en baterías para la regulación de la red que también nos va a suponer un gran crecimiento el año que viene. Hemos suministrado todos los proyectos de Viesgo de regulación de la red eléctrica, el año que viene tenemos otra oportunidad de suministrar a Viesgo y hay otras eléctricas interesadas en este tipo de soluciones con las que ya estamos negociando.
Y esperamos que la gran estrella del próximo año sea Energía. En la parte de inversores solares, tanto para autoconsumo industrial como para plantas de generación, estamos trabajando en muchos proyectos.
En el Plan Estratégico 2021-23 de Zigor prevén nada menos que un crecimiento del 234% en su cifra de negocio en tres años. Llama la atención en un contexto de incertidumbre y dificultad como el actual.
–Estamos pasando de 7 millones a 24. El gran salto lo prevemos el año que viene y ya 2023 será un crecimiento del 15-20%.
En septiembre Zigor anunció una ampliación de capital de 4,6 millones de euros para reforzar sus planes de crecimiento y hacían especial hincapié en la inversión en I+D+i. ¿Cómo están orientando esa apuesta por la innovación?
–Hemos ampliado el equipo de desarrollo de producto abriendo el centro de desarrollo de Valencia. Es un hito importante porque incorporamos a personas de mucho nivel, con un track record importante. El centro de desarrollo de Valencia sobre todo nos va a dar agilidad y velocidad con los máximos estándares de calidad y excelencia técnica. Pero tiene otra cosa también: tenemos mucho contacto con la Universidad de Mondragón, pero este paso nos aproxima también a la Universidad Politécnica de Valencia, que es uno de los hubs más importantes de nuestro país en electrónica de potencia y regulación. Como consecuencia, nuestra capacidad de captar talento es también más ágil. En un plan de crecimiento y de inversión en I+D es muy importante contar con la gente que vas a tener que incorporar.
¿Qué niveles de inversión prevé Zigor en I+D+i en los próximos ejercicios?
–Tenemos previsto invertir 1,2 millones de euros el año que viene. El año que viene va a ser muy fuerte en inversión, puede que incluso lleguemos a 1,5 millones, mucho destinado a la parte de Energía, casi la mitad. Hablo de inversión pura, al margen de recursos humanos. El resto irá en una parte importante a TyD, todo lo que tiene ver con las comunicaciones, telegestión, monitorización, el IOT (Internet Of Things), y la ciberseguridad es otro área que va a asumir inversiones. Y está previsto otro millón de inversión en 2023.
Habla de la importancia para Zigor de ser ágiles para adaptarse al mercado, más aún en la actual situación. ¿Cómo es eso?
–Nosotros buscamos nichos, necesitamos centrarnos, siendo capaces de dominar ciertas tecnologías y anticipar cuáles son las tecnologías clave que el mercado va a reclamar en dos o tres años. No podemos esperar a que el mercado las demande para ponernos al día porque iríamos con retraso. Es anticipación y focalización en aquello donde creemos que va a estar la clave. No invertimos en todos los productos. De hecho, dependemos también de la innovación de los demás: tenemos acuerdos OEM en aquellas áreas en las que confiamos en la capacidad de innovación de nuestros proveedores. Nos centramos en innovar en el core de nuestros productos, no en todo el catálogo, fundamentalmente en Energía y TyD. ¿Cómo es el ritmo de innovación? Si tienes foco, evitas tener que gastar mucho. Un ejemplo: Zigor no ha lanzado un poste de recarga de vehículo eléctrico. Sabemos que somos capaces de hacerlo en poco tiempo, pero no vemos el mercado en este momento preparado. Estamos muy atentos a los clientes, a aquellos eventuales grandes consumidores de esta infraestructura para ver con ellos cuándo realmente se va a producir esa necesidad. Y luego innovamos de la mano del cliente.
¿Cómo afecta a Zigor el cambio de modelo energético al que se quiere dar un impulso desde las instituciones en favor de energías más limpias? La fotovoltaica es una de sus líneas de trabajo...
–Nosotros respondemos al mercado o a lo que entendemos que van a ser las tendencias de futuro del mercado. No podemos trabajar si no hacemos un buen análisis de forecast de hacia dónde va el mercado. Otros a lo mejor en un mes te sacan un producto nuevo. Nosotros, a pesar de que invertimos mucho no somos muchos, tenemos que tener una anticipación para llegar en el momento exacto. Ahora, lo que está pasando es fruto de un acuerdo social, político, para una transición energética. Y nos dedicamos a facilitar que eso ocurra. Trabajamos en esa transición, para facilitar el uso de energías limpias como es el sol, pero también estamos anticipándonos en futuros proyectos como es el hidrógeno. Dentro de eso está el autoconsumo, que creemos que tiene un recorrido muy grande, y la pura generación de energía para venta en la red y suministro del mercado mayorista. Y la transición también va a afectar a las redes.
¿Cómo?
–Estamos hablando de una energía, la fotovoltaica, que tiene determinados condicionantes, si no hay sol no se genera energía. Eso supone un reto para la red eléctrica. Si hablamos de autoconsumo significa que una persona se va a generar su electricidad, va a dejar de depender de la red. Eso también va a plantear un problema en la red, porque va a tener variaciones de la demanda importantes. Esa red tiene que ser más gestionable, más inteligente. Y ahí estamos nosotros también, ayudando a esa transición hacia unas redes que puedan absorber esa variabilidad sin inestabilidad. Y también con sistemas de almacenamientos en baterías que dan a la red una mayor capacidad de regulación. ¿Por qué? Porque si yo tengo un repositorio de energía en baterías, cuando hay un problema de ajustes puedo tirar durante un tiempo de la batería.
¿Se enmarca en esa creciente importancia de las redes inteligentes su apuesta por la ciberseguridad con su reciente alianza con INCIBE?
–Todo lo que es IOT o telegestión lleva consigo el transporte de datos de un sitio a otro. En el momento que hay una comunicación de información hay una potencial salida de información de un equipo hacia fuera o una posibilidad de intervenir el equipo desde fuera, eso es un problema de ciberseguridad. En la medida en que todo esto vaya avanzando y se vaya haciendo una mayor telegestión, va a traer consigo la necesidad de proteger esas comunicaciones y dotarlas de ciberseguridad. Como consecuencia de ello, hemos dado un paso adelante y hemos trabajado con INCIBE para empezar ya incluso a ser uno de los organismos que hace el diagnóstico y seguimiento de vulnerabilidades de los equipos. Además, dentro de las inversiones estamos desarrollando todo un plan de ciberseguridad para implementar los mejores estándares de ciberseguridad en nuestros propios equipos.
¿Qué análisis hace del tremendo encarecimiento de precios que está experimentado la electricidad?
–Hay una reflexión de fondo: esta transición energética y esta lucha por evitar los problemas del cambio climático y los costes que generaría no significa que vaya a salir gratis. No estamos haciendo el análisis de coste/beneficio. Esta transición va a costar, hay un esfuerzo que hacer. Otra cuestión es cómo se ha hecho. ¿Se ha hecho lo suficientemente bien como para que esos desajustes y costes sean los mínimos posibles? Ahí tengo mis dudas. Si es muy rápida, si es muy lenta, si hemos tomado decisiones sin saber muy bien lo que iba a costar... Y otra parte son los costes de emisión de CO₂, eso ya estaba ahí, otra cosa es que hayan subido mucho los precios de derechos de emisión en una coyuntura de necesidad de emitir porque hay mucho crecimiento de la demanda. No digo que esta situación no sea coyuntural, pero se ha juntado algo que era evidente que iba a pasar, como los mayores costes, con quizá una transición muy abrupta en una coyuntura como una pandemia en la que hay un desajuste entre demanda y oferta. Hay otra cuestión también: decidimos que no debía haber nucleares. Me parece fenomenal, pero no puedes pensar que tomas una decisión, que te da un entorno más seguro, y además te va a salir gratis. A medio-largo plazo yo veo una vuelta a precios más sostenidos, pero veo difícil volver a los precios de antes mientras los derechos de emisión sigan creciendo.
¿Qué papel puede tener el autoconsumo?
–Tiene que haber una transformación en el modelo energético desde todos los aspectos. Creo que el autoconsumo puede ayudar. Pero yo planteaba el otro día imaginar un escenario en el que todo el mundo hace autoconsumo y de repente deja de usar la red. ¿Quién va a pagar la red? En un momento de transición, si la red tiene menos usuarios, ¿va a hacer que suba el precio para los que usan la red? O puede pasar lo contrario, aunque no consumas de la red la tienes que pagar. Hay retos que plantea esta transición energética. El autoconsumo va a ser un sí es sí es, pero la convivencia de autoconsumo con la propia red de distribución y esa generación distribuida y la organización del sistema va a requerir trabajos fuertes. Y esto va a llevar también a inversión en la red para gestionar esa distribución de la generación que se va a producir.
"Sospecho que las ayudas europeas tienen una componente muy peligrosa de retraso de proyectos de inversión"
"La previsión con la línea de Industria es duplicar el año que viene. Y esperamos que la gran estrella sea Energía"
"El centro de desarrollo de Valencia nos va a dar agilidad con los máximos estándares de calidad y excelencia técnica"