La Guardia Civil está tratando de reconstruir, bajo la tutela del juzgado de Estella encargado del caso, todos los pasos previos que dieron el padre y el hijo trágicamente fallecidos en Urbasa mediante la toma de declaración a personas de su entorno, revisión de cámaras de vigilancia y la inspección de la furgoneta en la que se desplazaron hasta el balcón de Pilatos. En cuanto a la autopsia de los cuerpos, las conclusiones preliminares indican que Txetxo Apestegui, de 54 años, se arrojó al vacío abrazando a su hijo Mateo, de 7.
Esas autopsias, según publica Diario de Noticias, han descartado la presencia de tóxicos y también que el niño muriera por asfixia o estrangulamiento, y lo que sí presentaban los cuerpos son traumatismos compatibles con una caída desde 200 metros de altura. El niño presentaba menos lesiones, lo que podría indicar que su caída fue amortiguada por el cuerpo del padre.
Podría tratarse, por tanto, de un caso de violencia vicaria, aunque oficialmente el Gobierno de Navarra no ha facilitado ninguna información sobre el caso, que se encuentra bajo secreto de sumario. El Ejecutivo pide respeto a la investigación y se ha limitado a informar de que está prestando asistencia psicológica a los familiares de los fallecidos y de los detalles de un dispositivo que terminaba con la trágica localización de los cuerpos.
A este caso se ha referido la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, que se ha limitado a afirmar en los pasillos del Senado que "para evitar el asesinato de los hijos hay que legitimar la lucha de las madres".
El caso ha provocado una gran consternación en toda Tierra Estella. En Igúzquiza, donde vivía el padre, y también el menor cuando estaba bajo su custodia, anoche se celebró una concentración para mostrar el dolor de los vecinos.
Y también en Estella, lugar de residencia de la madre, donde a mediodía tuvo lugar una concentración en solidaridad con la familia convocada por el Ayuntamiento, que ha puesto a su disposición "toda la ayuda que pueda prestarles" y ha mostrado su solidaridad y cariño a los familiares, amigos y comunidad educativa de Lizarra Ikastola ante la "triste noticia".
Según publica Diario de Noticias, el matrimonio, de más de 15 años de duración, se había roto en 2021 y el hombre había vivido la ruptura de forma traumática, con varios episodios depresivos y un intento anterior de suicidio en ese mismo balcón de Pilatos.