El Pilón ha llegado al ecuador y, tras tres carreras muy accidentadas, la de hoy ha sido mucho más tranquila y limpia. De hecho, los efectivos de la DYA solo han tenido que realizar 5 atenciones por contusiones y abrasiones de carácter leve; cinco mozos que, debido a la velocidad de la manada, han acabado en el suelo.
Las diez vacas de la ganadería Lastur, de Itziar, fieles a la cita, han bajado agrupadas y, aunque se han metido brevemente en el recoveco final que hay en el asfalto tras seguir a un corredor, finalmente, y azuzadas por los pastores, han llegado al corral cuando el reloj marcaba 1 minuto y 23 segundos.
Para los ganaderos José y Ainhoa Oñederra (padre e hija), “la carrera ha estado bien, rápida y limpia. Es un gusto y un triunfo volver a estar aquí después de dos años”.