Tal vez estimulado por su gran puesta en escena en el profesionalismo un día antes, a Unai Zubeldia no se le ocurrió otra cosa que darse de nuevo a la fuga en la segunda etapa del AlUla Tour. En el desierto saudí se refresca el ciclista de Ibarra, puro arrojo, otra vez dispuesto a darse una paliza por las carreteras infinitas a ninguna parte. Disponer de una senda sin final imaginable no es un mal plan para un excelente rodador como el guipuzcoano, de vuelta al centro del escenario. Zubeldia masticó un buen puñado de kilómetros antes de que la carrera entrara en otra dimensión. Latour, con un ataque en el tramo decisivo, buscó la sorpresa y apagar la hoguera de los más explosivos. No pudo hacerlo. En el pleito de la velocidad emergió un hombre llegado del frío, Soren Wærenskjold, un noruego con mucha chispa que es el nuevo líder en el desierto. Una paradoja.
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