Trebiñu vuelve a tomar la senda de la iniciativa y tras varias semanas de encuentros y reuniones, un grupo numeroso de personas –que no de partidos– vuelve a reactivar la demanda de ser alaveses, "porque sociológicamente lo somos" como han insistido.
La medida se anunció ayer en el transcurso de una presentación realizada en Condado de Treviño al lado de la esquina donde un pendón recordaba desde hace años que la población del enclave es alavesa.
Caras conocidas, como las de Eugenia Galarreta o Roberto Ortiz, que fueron representantes municipales hace tiempo; o Iker García de Eulate, promotor hace años de un colectivo empeñado en dignificar la actividad pública, y otras personas se presentaron en público, para manifestar su deseo de retomar la integración en Álava.
De esta manera, Trebiñu Araba da, la vieja iniciativa retoma el trabajo con una cifra que quiere ser un llamamiento: "279,6" kilómetros cuadrados de territorio. Esa es la superficie del enclave, compuesto por los municipios de Condado de Treviño y La Puebla de Arganzón. Contaron que ante la situación que han estado viviendo "una vez más, se ha estado organizando y movilizando para constituir una iniciativa plural con el objetivo de promover la integración de Trebiñu".
Para lograrlo "presentamos la plataforma Trebiñu Araba da, para reiterar que no queremos seguir viviendo de prestado. No queremos seguir viviendo en la incertidumbre en la prestación de los servicios. No queremos seguir padeciendo las disfunciones que genera esta irracionalidad administrativa".
Reclaman que "somos alaveses de hecho, sociológicamente pertenecemos a Araba. No tenemos nada contra Burgos ni Castilla y León, ni contra su población, pero nos sentimos alaveses porque vivimos en el corazón de Araba y, no es casualidad. Nuestras vinculaciones tienen como referente principal ese territorio histórico. Por ello, vamos a seguir trabajando hasta que se nos reconozca como alaveses de derecho. No vamos a parar hasta poner fin a situación jurídico-administrativa anacrónica, antidemocrática y antinatural".
Reconocen y valoran la ayuda a través de los convenios firmados entre las dos diputaciones, pero insistieron "que la vía de los convenios tiene que ser una solución transitoria a los problemas que arrastramos históricamente. No cumplen con todas nuestras necesidades y, por tanto, no pueden permanecer indefinidamente".
Entre sus dificultades cotidianas contaron las propias de la gestión de la pandemia. "Las normas que regulan la declaración del estado de alarma y la desescalada establecieron que La Puebla y Treviño habrían de ser tratados como Araba". Eso les permitió ir a Vitoria a trabajar –por ejemplo– pero les impedía ir para realizar las compras básicas.
En ese estado de cosas, "una vez más, a través de la excepción al régimen general se ha tratado de parchear las deficiencias que genera la irracional organización administrativa. Pero cuando se ponen parches, en Trebiñu lo sabemos muy bien, antes o más tarde vuelven a aparecer agujeros".
Y esos agujeros se representaron en que Castilla y León "se arrogaba la competencia para regular el comercio y la hostelería, por una parte". Por otra, las competencias de seguridad pública correspondían a la comunidad autónoma de Euskadi. Y, al final, "esta confusión competencial determinó que la población no sabía a qué atenerse, por ejemplo, en cuanto a los horarios comerciales". Y a todo esto se sumó que el rastreo de los contagios "se realizó desde los centros de salud, y no hubo manera de controlar los posibles brotes, pues un porcentaje altísimo de la población está empadronada en Vitoria y, por tanto, adscrita a centros de salud ajenos a su lugar de residencia".
En definitiva, que "con la pandemia, una vez más, se ha puesto de manifiesto que la racionalidad, eficiencia y efectividad en la planificación y prestación de servicios pasa por la integración administrativa del enclave en Álava".
Indiferencia
También destacaron la indiferencia en cuanto a la participación en las recientes elecciones autonómicas en Castilla y León. "Los resultados electorales arrojaron un porcentaje de abstención del 64,11% en Treviño y del 59,59 en La Puebla, frente al 37,19% en Burgos. Y es que los treviñeses sentimos que somos llamados a unas elecciones ajenas a nuestros intereses, además, con unas opciones políticas que no responden a la sociología del enclave".
Para los promotores de la iniciativa, "resulta imposible hacer una relación exhaustiva de disfunciones" y por esa razón, "el movimiento popular Trebiñu Araba da quiere hacer llegar a los partidos políticos e instituciones implicadas la exigencia de que se acometan las iniciativas precisas para promover la integración administrativa en Álava".