La muerte de un niña de 8 años que resultó herida tras volar por los aires el castillo hinchable en el que jugaba en la feria de Mislata (Valencia) eleva a tres el número de menores fallecidos en este tipo de atracciones en los últimos cinco años en el Estado.
Las dos últimas víctimas mortales tuvieron lugar en 2017 y fueron por motivos diversos.
En febrero de aquel año falleció un niño de 4 años que resultó herido tras caerle encima otro menor mientras jugaban en un hinchable en la localidad sevillana de La Rinconada.
Tres meses después, en mayo, explotó una atracción de ese tipo instalada en un restaurante de Caldes de Malavella (Girona). Los menores que se encontraban en ella salieron disparados a una distancia de entre diez y veinte metros y una niña de 6 años murió, mientras que otros seis pequeños resultaron heridos.
La investigación concluyó que el castillo era de mala calidad y estaba mal anclado al suelo: dos personas fueron condenadas a 1 año de cárcel y 5.400 euros de multa.
Pero el viento suele ser la principal causa de los accidentes en los castillos hinchables, como ha ocurrido en Mislata. La policía investiga cómo este martes una ráfaga de viento pudo levantar varios metros del suelo el castillo hinchable de la feria, donde además de la niña fallecida otros ocho menores han sufrido heridas.
El accidente más grave registrado en el mundo tuvo lugar en Australia hace apenas unas semanas, el pasado 16 de diciembre, cuando un fuerte golpe de viento levantó un castillo en una escuela de Tasmania, provocando la muerte de seis menores.
También en 2014 se registraron tres accidentes de este tipo en el Estado.
En enero dos niños de unos 6 años quedaron heridos, uno de ellos muy grave, al caer de un castillo hinchable en Guadalupe (Murcia) debido a una ráfaga de viento; en abril resultaron heridas 26 personas al levantar el aire unas atracciones hinchables que carecían de anclajes en Alicante; y en mayo, cuatro niños de entre 3 y 8 años también resultaron heridos en Leganés (Madrid) al volar el castillo en el que jugaban.
Años antes se registraron dos víctimas mortales más: una niña de 5 años perdió la vida en 2003 al fracturarse una vértebra en una caída mientras jugaba en un castillo montado sin licencia en un centro comercial del sur de Gran Canaria; y en 2006 murió otra menor, de 9 años, tras precipitarse desde el lateral de un tobogán hinchable en una feria en el Port Vell de Barcelona.