Tres recomendaciones de alta cocina dentro de nuestros museos vascos

La oferta gastronómica de primer nivel complementa y alarga el recorrido artístico de los museos, creando una experiencia completa para los visitantes. En este artículo te presentamos tres de los mejores restaurantes en museos de Euskadi, donde la cultura y la gastronomía se fusionan en perfecta armonía, tal como lo hacen las esculturas y pinturas que habitan las galerías.

Zazpi San Telmo

Gastronomía vasca con alma en el corazón cultural de Donostia

El Museo San Telmo no solo se erige como uno de los referentes culturales más importantes de Donostia, albergando una rica colección de arte e historia vasca, sino que ahora también se convierte en un destino imprescindible para los amantes de la buena cocina. Paul Arrillaga y Maite Mujika ofrecen una experiencia que combina arte, historia y gastronomía en un espacio único, en pleno casco antiguo de la ciudad.

Paul, quien saltó a la fama con su propuesta de gastrobar Zazpi, tomó las riendas del restaurante del museo San Telmo, basado en la tradición culinaria vasca con una visión renovada y sofisticada. Al igual que el Museo San Telmo se dedica a preservar y exhibir la cultura y el patrimonio del País Vasco, Paul aplica un enfoque similar en su cocina, respetando los sabores tradicionales, pero reinventándolos con técnicas modernas que encantan tanto a locales como a visitantes internacionales.

La propuesta gastronómica de Arrillaga, al igual que las exposiciones del museo, es una celebración de lo local, con ingredientes de calidad y platos emblemáticos que evocan la cocina de nuestras amonas, como su icónica txuleta con sarmientos o sus guisos de rabo y oreja. Pero también sorprende con creaciones innovadoras, como el foie trufado con manzana y maíz, o el colágeno de rape con caviar, que demuestran su maestría en la combinación de texturas y sabores.

Son hits los Raviolis de txangurro donostiarra, salsa de puerro y cigalas; Ensalada de bogavante, ajoblanco y escabeche de verduras y homenajea a Zuberoa con distintas elaboraciones como el icónico Foie Grass salteado con caldo de garbanzos y berza, y algún que otro plato del gran Hilario Arbelaitz.

El entorno del restaurante en el Museo San Telmo realza la experiencia culinaria, ya sea en su elegante comedor o en su espléndida terraza, donde las obras de Arrillaga acompañan al entorno cultural con dedicación y pasión por los sabores auténticos.

Además de su carta, De Zazpi by San Telmo presenta una bodega renovada, seleccionada con esmero por su socia Maite Mujika, que complementa la oferta culinaria con una selección de vinos nacionales e internacionales.

Nerua

Alta cocina contemporánea en el Guggenheim de Bilbao

Ubicado en la parte trasera de la sala que alberga las monumentales esculturas de Richard Serra, al Nerua se accede a través del paseo de Abandoibarra, dentro del icónico Guggenheim Bilbao. Este restaurante, galardonado con una estrella Michelin, es el escaparate culinario donde el chef Josean Alija ha construido su renombrada trayectoria.

En el icónico edificio, diseñado por el arquitecto Frank Gehry, fluye no solo el arte, sino también la gastronomía. En el interior de este templo del arte moderno, a orillas del río Nervión –conocido como Nerua en su origen–, se encuentra el restaurante homónimo, donde el chef ha llevado la cocina vasca de autor a un nivel excepcional. Este espacio, que desafía lo artístico y lo culinario, ofrece a sus comensales una experiencia sensorial, en sintonía con el entorno cultural que lo rodea.

El ambiente de la cocina abierta envuelve al comensal, mostrando de inmediato la precisión y la dedicación del equipo, con un comedor sin montar a la derecha y, al fondo, una cristalera que ofrece vistas al río Nervión y la Universidad de Deusto.

Josean Alija comenzó su carrera a los 17 años, consolidando su estilo con un enfoque reflexivo y detallista. Desde sus primeros pasos en las cocinas del Guggenheim, Alija ha desarrollado una personalidad culinaria que resalta en cada creación, siempre marcada por un mosaico de elementos y técnicas perfectamente ejecutadas. Platos como su emblemático Chicharro con yogur y manzana o las inolvidables Mollejas de ternera caramelizadas con leche de avellana y posos de café, ya forman parte de la historia de su cocina, siempre en evolución.

El comedor, un espacio minimalista de blancura inmaculada, refleja la misma estética contemporánea y limpia que define la arquitectura del Guggenheim. Así, Nerua busca redefinir la gastronomía a través de una cocina que exalta los sabores y texturas de cada ingrediente.

El menú degustación está inspirado en la tradición vasca pero con un enfoque moderno que prioriza la sencillez y la pureza de los ingredientes. Platos como los Tomatitos, aceituna verde y piparras; Bacalao pilpil y bizkaina; o Lubina, tubérculos, azafrán y jugo acidulado de champiñón son solo algunas de las creaciones que muestran la capacidad de Alija para reinterpretar la cocina tradicional, elevando incluso los elementos más simples a nuevas cotas de sofisticación. Con un profundo respeto por el producto, la experiencia en Nerua convierte un diálogo entre la cocina y el arte que habita en el Guggenheim en armonía con las piezas de arte contemporáneo que decoran los pasillos y galerías del museo.

Lurra Café

Cocina ecológica y local en Chillida leku

Ubicado en el bello Museo Chillida Leku de Hernani, donde la obra del gran Eduardo Chillida dialoga con la naturaleza, se encuentra Lurra Café, un espacio gastronómico que refleja el respeto por el entorno y los valores sostenibles que también guiaron la vida y la obra del escultor vasco. En este entorno único, Fede Pacha & Co y el chef Nacho Mazo, lideran una propuesta culinaria que se basa en productos de proximidad y ecológicos, creando una experiencia que conecta a los visitantes con los sabores más auténticos de la tierra.

La filosofía de Lurra Café está profundamente arraigada en la sostenibilidad y el compromiso con la naturaleza. Todos los ingredientes que llegan a la cocina provienen directamente de productores locales, asegurando que cada plato que se sirve esté en sintonía con el paisaje que rodea las majestuosas esculturas de Chillida.

En palabras de Fede Pacha, “el alimento es algo que debemos controlar desde el origen”, y bajo esta premisa, todo se elabora de forma artesanal: desde el pan hasta las salchichas caseras.

Este enfoque gastronómico no es solo una apuesta por la calidad, sino también un compromiso con un modelo de negocio sostenible, confirmando que es posible gestionar un restaurante basado en la cultura ecológica y el respeto por el producto local, siguiendo un proceso único en cuanto al diseño de la oferta: primero se consulta con los proveedores sobre qué productos están disponibles, y a partir de ahí se elabora la oferta, adaptando cada plato a los ingredientes frescos y de temporada.

Se trata de una cocina sencilla en su concepción, pero profundamente reflexiva en la ejecución, siempre buscando sacar lo mejor de cada ingrediente con técnicas respetuosas y creativas, dando pie a platos como Ajoblanco de fruta de temporada el Eko talo (con maíz de Alkiza) de pollo campero y mole; Burger de vaca local o unas sugerentes albóndigas de kefta de cordero del caserío Pikuñeta, cuscús y salsa de yogurt.

La propuesta contiene una excelente relación calidad-precio, permitiendo que los visitantes del museo disfruten de una comida equilibrada y saludable. Aproximadamente el 70% de los ingredientes que se utilizan son de origen ecológico y local, lo que convierte a Lurra Café en un referente de la gastronomía sostenible del territorio.