Las vacaciones escolares ya están aquí y junto con el buen tiempo es el momento de lanzarse a preparar planes en familia. Las excursiones al monte y al campo son un fijo en ese fondo de armario que es el de los planes familiares.
Aunque el Pirineo y Huesca suenen a alta montaña, a largas marchas por empinadas y duras laderas, no es necesariamente así. Además, las largas horas de sol que el verano hereda de la primavera hacen que el recorrer diferentes parajes del valle de Benasque sea un disfrute tranquilo que se puede hacer con niños.
Ríos con cascadas espectaculares, cuencas glaciares que muestran ibones, prados y campas por los que correr o tumbarse a ver las nubes son los escenarios por los que discurren caminos y sendas que mayores y pequeños pueden recorrer sin problemas mientras abren sus ojos para conocer un entorno espectacular, el del Parque Natural de Posets-Maladeta, del que Benasque forma parte junto con Chistau y Barrabés.
Estas tres rutas que se muestran son tres posibilidades de tantas con las que inocular a los más jóvenes el gusto por andar, los espacios abiertos y el conocimiento del entorno natural.
1. Ruta al Forau de Aigualluts
Se trata de un recorrido circular de unos siete kilómetros, sin dificultades técnicas, que parte desde el aparcamiento de la Besurta. El sendero que lleva al Forau de Aigualluts confluye con el nacimiento del río Ésera. Por el camino se puede ver la cascada de Aigualluts y el refugio de la Renclusa. La excursión se puede extender hacia las praderas de Plan de Aigualluts, punto de observación del impresionante glaciar del Aneto. Acercarse hasta las estribaciones es una experiencia que hay que dejar a senderistas más expertos.
El Forau Aigualluts es un sumidero gigante de 70 m de diámetro y 40 de profundidad por el desaparece el agua de una cascada procedente de los glaciares del Aneto y la Maladeta.
Para llegar al Forau, se parte del Llano de la Besurta (1.900 m), a 13 km al norte de Benasque por la A-139. Tras dejar el coche, la ruta arranca en dirección al refugio de La Renclusa durante 15 minutos, hasta encontrar el desvío señalizado hacia la cascada de Aigualluts. La excursión tiene un desnivel de tan solo 200 metros. La ida y la vuelta pueden hacerse en unas 3 horas y media. En verano, hay que caminar o tomar una lanzadera que acerca a los excursionistas hasta Besurta.
2. El Congosto del Ventamillo
Otra ruta sencilla pero menos conocida de entre las que se pueden hacer en Benasque es la que recorre el Congosto de Ventamillo. También tiene un trazado circular de algo más de 7 kilómetros que se puede hacer en algo menos de tres horas. Parte del pueblo de Seira, en el que se toma la senda GR-15 con un sendero de vistas espectaculares al Congosto. Esta es una formación rocosa resultado de la acción de un glaciar ya desaparecido.
La excursión que parte desde Seira, ya que también puede iniciarse de Run en dirección contraria, se inicia en las piscinas municipales, y al llegar a un grupo de casas conocidas como El Mesón, se sigue hasta el lavadero, donde comienza la senda GR-15. A partir de ahí el trayecto es cómodo y con excelentes vistas, aunque quizá quien sufra de algo de vértigo no pueda apreciarlas debidamente.
3. Ibón de Anayet
El de Anayet es uno de los ibones del valle de Benasque que merece una visita. Durante este recorrido por el valle de Tena se podrá contemplar una perspectiva única y espectacular del pico Anayet y del Midi D'Osseau.
La ruta sale del parking de Portalet, en Formigal. Sigue la senda de las pistas de esquí hacia el fondo del barranco manteniendo el telesilla de la Espelunciega a la derecha y que sirve de guía durante el tramo inicial. Este desemboca en el ibón de Espelunciega después de casi 3 kilómetros de paseo. El recorrido se endurece algo cuando se encara el camino hacia el collado de Canal Roya hasta el objetivo de la excursión los ibones de Anayet. Una hora de subida separan de una de las mejores panorámicas de Benasque.
Otra posibilidad evitar Espelunciecha atravesando el paraje conocido como Corral de las Mulas y buscando el telesilla Anayet. Una vez allí, solo queda seguir el barranco de la derecha para alcanzar a los ibones.