El empresario de origen sudafricano Elon Musk ha prometido su asistencia al mitin del expresidente y candidato a la reelección Donald Trump este sábado en Butler (Pensilvania), escenario en junio pasado del primero de los dos intentos de asesinato que ha sufrido el político republicano en esta campaña electoral.
"Allí estaré para apoyar", escribió de madrugada Musk en la red X, de la que es propietario, tras hacerse eco en su cuenta de la fotografía que anuncia el mitin "histórico" de Trump en Butler, en la que se ve al expresidente con el puño derecho en alto delante de una bandera estadounidense y sobreimpresa la leyenda: "Regreso a Butler".
Musk, gran apoyo de Trump
Musk, también propietario de Tesla y SpaceX, pidió a sus seguidores en los mensajes siguientes que se registren para votar el 5 de noviembre, el día en que Trump y la actual vicepresidenta, la demócrata Kamala Harris, se enfrentarán en las urnas, y se hace eco de un bulo acerca de las supuestas intenciones del Partido Demócrata de "robar" las elecciones mediante el voto desde el exterior.
El empresario, que hace gala de su amistad con Trump, afirma en otro mensaje que cuando habla a favor del expresidente en California sus interlocutores reaccionan como si les hubiera lanzado "un dardo impregnado de virus de la rabia y metanfetamina".
El expresidente (2017-2021) ha dicho que Irán puede estar detrás de los dos intentos de asesinato que ha sufrido en los últimos meses y sugerido que el FBI no se está tomando en serio la investigación.
"Como saben, he sufrido dos intentos de asesinato, que sepamos. Puede que estén relacionados o no con Irán, pero es posible que sí", declaró a fines de septiembre durante un mitin en una fábrica de Mint Hill, en el estado decisivo de Carolina del Norte.
El FBI informó sobre ataques informáticos de 'hackers' iraníes en contra de la campaña republicana pero no ha detectado pruebas de que exista una relación entre Irán y los dos intentos de magnicidio en contra del expresidente.
El primero tuvo lugar el pasado 13 de julio en Butler, cuando un hombre disparó con un rifle de asalto contra Trump durante un mitin y le hirió en una oreja. El tirador murió por los disparos del Servicio Secreto, cuya entonces directora, Kimberly Cheatle, dimitió días después por los errores en la protección del exmandatario.
Dos meses después, el 15 de septiembre, otro hombre armado fue arrestado en los alrededores de un campo de golf en West Palm Beach (Florida) donde estaba Trump y las autoridades hallaron una carta en la que detallaba sus planes para matarlo.