El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles que el recorte en sus programas de cooperación internacional será del 92% y casi 60.000 millones de dólares.
En un comunicado, el Departamento de Estado dijo que la cifra se decidió "al concluir un proceso liderado por la dirección de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid)" y con tramos revisados por el propio secretario, Marco Rubio. "Se identificaron cerca de 5.800 contratos con un valor restante de 54.000 millones para su eliminación como parte de la agenda 'Primero Estados Unidos' ('America First'), lo que representa una reducción del 92%", dijo. Además, también se ordenó cancelar un 28% de subvenciones con un valor de 4.400 millones de dólares.
El desmantelamiento de la Usaid ha sido una de las prioridades en los recortes presupuestarios del Gobierno de Trump y del magnate tecnológico Elon Musk, al frente de una oficina llamada Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Unos 2.000 empleados de la Usaid fueron despedidos este domingo y otros miles fueron puestos en baja administrativa. Por otro lado, en la noche de este miércoles, el Tribunal Supremo de Estados Unidos suspendió el plazo fijado por una corte inferior que exigía al Gobierno de Trump reanudar antes de la medianoche el pago de unos 2.000 millones de dólares congelados en ayuda exterior. La orden, anunciada por el presidente del Supremo, el magistrado John Roberts, es de carácter temporal y da a la corte tiempo para dirimir el asunto.
Más poder a Musk
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles una orden ejecutiva que otorga mayor autoridad al magnate Elon Musk como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) para supervisar más de cerca el gasto de las agencias federales. La medida, en la práctica, expande el poder de Musk para intervenir en la Administración pública a través de su labor en DOGE y obliga a las agencias a colaborar con él. En concreto, el texto instruye a las agencias a colaborar con el equipo de DOGE para revisar contratos y subvenciones, con el objetivo de reducir, modificar o incluso cancelarlos, según el texto de la orden.
El proceso para modificar o anular contratos ya vigentes comenzará "de inmediato" y se dará prioridad a aquellos vinculados a "instituciones educativas y entidades extranjeras en casos de despilfarro, fraude y abuso", de acuerdo con la orden. Asimismo, se exige a las agencias que establezcan un sistema para "registrar cada pago" relacionado con contratos y subvenciones, además de proporcionar una "breve justificación por escrito" para cada uno, algo que ya es una práctica habitual en varios departamentos.
La orden ejecutiva se produce tras la primera reunión de Gabinete de Trump, en la que Musk, pese a no ser miembro, tuvo un papel destacado exponiendo sus esfuerzos en DOGE para reducir la burocracia y combatir lo que calificó de "fraude", aunque no aportó pruebas al respecto.
La orden aumenta aún más el poder que Musk ha adquirido dentro de la Administración, lo que ha suscitado el rechazo de empleados públicos, sindicatos y la oposición demócrata, que denuncian control del magnate sobre las actividades y falta de transparencia. Hasta ahora, Musk ha tomado decisiones drásticas, como el desmantelamiento de la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), la congelación de la ayuda humanitaria de Estados Unidos y la oferta de indemnizaciones a empleados públicos para incentivar su renuncia, bajo la amenaza de despidos forzosos para quienes no las aceptaran.