El expresidente de Estados Unidos Donald Trump se negó a desacreditar a los asaltantes del Capitolio cuando se dirigió a la nación el 7 de enero de 2021, un día después de que tuviera lugar ese ataque, según revelaciones de este lunes del comité parlamentario que investiga lo sucedido.
La congresista demócrata Elaine Luria, integrante de esa comisión, señaló en Twitter que el antiguo mandatario republicano no se había mostrado reticente solo a decirle a la gente que se fuera a casa el 6 de enero, tal y como ya se sabía, sino también a solicitar al Departamento de Justicia que los persiguiera.
El borrador del discurso preparado para ese 7 de enero incluía un mensaje directo para quienes habían penetrado en el Capitolio mientras se estaba certificando formalmente la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales de noviembre de 2020.
"Quiero ser muy claro: no me representáis. No representáis a nuestro movimiento", indica el documento facilitado por Luria, con tachones en los que la hija mayor del expresidente, Ivanka Trump, identificó la escritura de su padre.
El antiguo mandatario republicano tampoco quiso hacer una mención directa a las autoridades judiciales.
"Estoy ordenando al Departamento de Justicia que se asegure de que todos los infractores sean procesados con todo el rigor de la ley. Debemos enviar un mensaje claro, no con misericordia sino con JUSTICIA. Las consecuencias legales deben ser rápidas y firmes", se decía en otro párrafo tachado.
El comité que investiga el asalto del 6 de enero de 2021 finalizó la semana pasada la primera ronda de interrogatorios públicos, iniciada hace un mes y que continuará en septiembre.
En esa última audiencia, el pasado jueves, se probó que Trump decidió no frenar de forma inmediata el ataque porque le convenía y en su lugar pasó la tarde viéndolo por televisión, hasta que tres horas después, ante los ruegos de su círculo cercano, emitió un mensaje en el que les dijo que se fueran.