Se cumplieron todas las expectativas y la plaza de Los Fueros de Tudela se tiñó de rojo como hacía muchos años que no se recordaba. Las ganas de fiesta, el calor y la juventud se adueñaron de un cohete que pasará a la historia como uno de los más multitudinarios que se recuerdan, con las calles Eza, Muro, Carrera, Yanguas y Miranda y Huarte doña María colapsadas de miles de personas que decidieron apostar al rojo y ganaron con unas fiestas que, a tenor de lo visto, no van a dejar a nadie indiferente. El agua volvió a volar desde los balcones como hacía tiempo que no pasaba, a lo que ayudó los más de 40 grados que se registraron en el epicentro del terremoto festivo, la plaza de Los Fueros.
Todos los corazones de la ciudad palpitaron al unísono cuando los tres directores de las residencias Óscar Pérez (Misericordia), Begoña Moreno (Milagrosa) y Borja Macaya (Torre Monreal) salieron al balcón para entonar los tradicionales vivas a Tudela, Navarra y Santa Ana. En su coordinación para tomar la palabra, tuvieron espacio para recordar a las trabajadoras y los residentes, un buen gesto para superar el olvido con las primeras que desde hace un año reivindican mejoras laborales y salariales. De hecho, el Consistorio, rectificó e invitó a 5 trabajadoras de cada centro a la Casa del Reloj. Una de ellas, Marisa Clavero, aún emocionada tras salir al balcón para ver el mar rojo señalaba cómo "estoy superencantanda, por lo menos se han acordado e nosotras. Es un privilegio y una emoción grandísima. Nunca había estado e incluso he tirado un cohete. Después de fiestas seguiremos reivindicando lo nuestro".
Por su parte, los directores indicaron que había sido "una emoción tremenda, una explosión de jubilo. Un gran orgullo por lo que representan por estos dos años tan duros. Ha sido una celebración a las personas que más han sufrido", explicó Óscar Pérez (Misericordia), a lo que Begoña Moreno añadió que "ha sido muy emotivo ver a mis compañeras asomadas a los balcones". La casa del Reloj fue un auténtico hervidero político y cerca de un centenar se agolparon en 60 m2. Alejandro Toquero destacó que "es el mejor cohete del mundo y de Navarra. Solo hay que ver a la gente cómo gritaba y cantaba. Nunca en la vida había visto algo así". En términos similares Olga Risueño (I-E) apuntaba que "había muchas ganas y la ciudad se merece disfrutar", aunque se mostró molesta por los cánticos de "Puta Pamplona, Tudela Capital", "las fiestas deben unirnos y esos cánticos no ayudan a nadie".