Beñat Turrientes sabe que la elite exige superarse año tras año. Después de dar el esperado paso adelante la pasada campaña, el beasaindarra ya se ha puesto en marcha para intentar que el próximo curso sea el definitivo para hacer se un hueco en el once de Imanol. A pesar de que todavía quedaba mucho para el 11 de julio, cuando comenzaba la pretemporada txuri-urdin y siendo plenamente consciente de que podía entrar en la convocatoria olímpica al ser capitán de la actual selección sub'21, el mediocentro se ha puesto ya manos a la obra para ponerse en plena forma tras disfrutar de unos días de vacaciones.
Al igual que otros deportistas de elite como su compañero en Zubieta y en la selección Jon Pacheco, el realista lleva bastantes días ejercitándose con un entrenador personal en el gimnasio Zuhegan de Orio. Al canterano le hacía una especial ilusión entrar en la lista de los Juegos Olímpicos, ya que en realidad pertenecía a la siguiente generación del equipo que selló su clasificación en el pasado Europeo sub'21.
A la espera de que se decida su futuro, Turrientes se postula como uno de los herederos de Mikel Merino. El guipuzcoano ha logrado convencer a todos tras una temporada en la que ha terminado por participar en 41 encuentros para un total de 2.174 minutos, en los que ha dado una asistencia. Todavía se desconoce si es más mediocentro que volante, un debate que le ha perseguido desde que ha asomado en el primer equipo, pero el beasaindarra se siente capaz de sustituir tanto a Merino como a Zubimendi en el caso de que este decidiera marcharse (algo muy improbable después de sus últimas declaraciones).
Después de Zubimendi, que apareció en los planes de Imanol en plena pandemia en 2020, no ha habido ningún futbolista salido de la factoría de Zubieta que ha logrado consolidarse en el once blanquiazul. Turrientes estaba llamado a hacerse un hueco en la elite, pero le costó bastante en su primer año arriba, en el que apenas jugó hasta que en el pasado curso por fin confirmó gran parte de las expectativas que habían puesto en él. En pleno drama por la amenaza de la posible marcha de Merino, El canterano se presenta como el sustituto de plenas garantías del que haga falta a pesar de que el club fichará para sustituir el hueco del 8.