El Gazta Eguna llega el martes 1 de noviembre a Turtzioz aderezado este año con el sabor de la historia. Y es que el palacio La Puente acogerá “catorce puestos de la feria” entre las 10.30 y las 15.00 horas, lo que ofrecerá a vecinos y personas que acudan desde otros municipios la oportunidad de conocer este edificio del siglo XVIII en el que el gobierno del lehendakari Aguirre se reunió por última vez en Euskadi durante la Guerra Civil en verano de 1937, destaca el alcalde, José Manuel Coterón.
Una buena forma de retomar la normalidad total en uno de los primeros eventos en regresar al calendario el año pasado, aunque aún con mascarillas al aire libre. Productores vascos y seguramente de otros territorio limítrofes no se perderán esta ocasión de presentarse el público en una época especialmente complicada por la subida de precios que repercute en las explotaciones ganaderas.
La jornada finalizará con la entrega de premios que distinguirá el mejor queso, tras la cata que llevará a cabo un jurado de expertos de forma totalmente abierta a las personas que se congreguen en Turtzioz. Allí también podrán disfrutar de alimentación típica de Enkarterri. Las queserías Cerro, Aguiñiga y Amalur coparon los tres peldaños del podium respectivamente el año pasado en un certamen que contó con una docena de participantes y treinta estands en la plaza de toros, escenario de las últimas ediciones.
Apenas habrá que cruzar la carretera desde el coso para acceder al palacio La Puente. Parece que el buen tiempo acompañará para poder disfrutar de los jardines y la fachada barroca coronada por el escudo familiar que “muestra un puente con dos ojos y en su centro un torreón con garitas a los extremos flanqueado por dos impresionantes Leones y una inscripción que dice: por pasar la puente me pondré a la muerte”, reproduce Fernando Villa, el último representante de la saga a la que ha pertenecido la casona desde su construcción. El pasado 14 de octubre recogió en Turtzioz uno de los XV Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak en reconocimiento a su esfuerzo por preservar este emblema del patrimonio.
Futuro museo
Este mismo mes, el Gobierno vasco dio a conocer que se ha reservado una partida en el anteproyecto de presupuestos del Instituto Gogora de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos de 1,2 millones de euros para comprar el palacio. El objetivo es acondicionarlo como un espacio de homenaje a las autoridades en el exilio que guarde conexión con el resto de la memoria en Euskadi.
Cuando el frente avanzaba sobre Enkarterri el edificio ofrecía la situación geográfica y la logística necesarias para cobijar al ejecutivo, que promulgó desde allí el Manifiesto de Trucíos.